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El desempleo se extendió

Al igual que los diferenciales entre los rendimientos de los bonos del gobierno, las brechas entre las tasas de desempleo juvenil son indicadores importantes en la actualidad: los diferenciales de tasas de interés más bajos son necesarios para la consolidación de la estabilidad financiera; asimismo, un freno a la brecha entre las tasas de desempleo juvenil sería una señal importante

El desempleo se extendió

Han pasado casi doce años desde la introducción del formato papel de la moneda única europea. Luego, en enero de 2001, la tasa de paro juvenil oscilaba entre ocho puntos porcentuales en Alemania y casi veinticinco puntos en Italia, pasando por valores iguales al dieciséis y veinte por ciento respectivamente registrados en Francia y España. De un centenar de jóvenes disponibles para trabajar, los que no encontraron trabajo fueron sólo ocho en Alemania, frente a dieciséis en Francia, veinte en España y veinticinco en Italia. 

Esta era la situación de amplia variación que existía hace casi doce años. Entre 2001 y 2007, gracias también a los dividendos económicos de una larga temporada de estabilidad financiera a la que el euro ha dado una contribución fundamental, las brechas entre las tasas de desempleo juvenil registradas en los cuatro principales países de la eurozona no se ampliaron más. De hecho, un proceso gradual de convergencia llevó los "spreads" de desempleo registrados por España, Italia y Francia con respecto a Alemania a alrededor de siete puntos porcentuales a mediados de 2007.

Después de 2007, el estallido de la crisis financiera iniciada en Estados Unidos y las posteriores fases recesivas de la economía europea revirtieron el sentido del movimiento. La lenta convergencia ha dado paso a un proceso de reapertura de distancias que se ha hecho particularmente evidente en los últimos doce meses. En octubre de 2012 –tal y como demuestran los datos de Eurostat difundidos en los últimos días– la tasa de paro juvenil ascendía a cincuenta y seis puntos porcentuales en España, treinta y seis puntos en Italia y veinticinco puntos en Francia. En octubre de 2012, sin embargo, la tasa de desempleo juvenil se mantuvo en alrededor de ocho puntos porcentuales en Alemania: la cifra alemana sigue siendo baja e igual hoy a la registrada en 2001, al comienzo de la vida del euro. 

En los últimos meses, el diferencial del Bund alemán de los rendimientos de los bonos gubernamentales de países como España e Italia se ha reducido significativamente. La brecha de tasas en los índices de referencia alemanes de valores franceses también sigue siendo limitada. Sin embargo, la tendencia positiva de los diferenciales financieros no es compartida por las tendencias de las brechas de desempleo juvenil que en octubre de 2012 alcanzaron nuevos máximos. Hoy, de un centenar de jóvenes disponibles para trabajar, hay hasta cincuenta y seis parados en España frente a sólo ocho en Alemania. La tasa de paro juvenil en España es ya seis veces mayor que la de Alemania. Era "sólo" un poco menos del triple en 2001. La proporción de desempleo juvenil en la población activa es hoy entre cuatro y cinco veces mayor que la de Alemania en Italia. Era el triple en 2001. En Francia, la tasa de desempleo de los menores de 25 años es ahora el triple de la de Alemania. Era el doble que en 2001. 

Al igual que los diferenciales entre los rendimientos de los bonos del gobierno, las brechas entre las tasas de desempleo juvenil son ahora indicadores importantes. Se necesitan diferenciales de tipos de interés más bajos para consolidar la estabilidad financiera. Asimismo, detener la brecha entre las tasas de desempleo juvenil representaría una señal importante en el camino hacia una recuperación económica sostenible, tanto desde el punto de vista económico como social. Para países como España, Italia y Francia, el aumento del desempleo entre los jóvenes hasta niveles máximos históricos constituye un daño sustancial a la competitividad. Basta pensar en la mejor actitud de los jóvenes para trabajar con las nuevas tecnologías TIC, con la web y con las nuevas proyecciones de internacionalización.

De manera similar, la pérdida de empleo entre los jóvenes crea un vacío de demanda que tiene efectos a lo largo del tiempo y se transmite a través de las cadenas de suministro y los sectores. Por último, pero no menos importante, el sector bancario, que vincula una parte importante de sus perspectivas de estabilización de la captación de ahorro a medio plazo a la capacidad de los jóvenes para acceder a un empleo no precario. Entre el tercer trimestre de 2007 y el tercer trimestre de 2012, el número de ocupados de 15 a 34 años se redujo en Italia en 1.519 mil unidades. Un millón y medio de jóvenes ocupados que ya no existen. La población de Turín, Bolonia y Venecia combinadas. Es en este contexto de dificultad que Italia comparte con otras grandes economías europeas que el valor de señalización de los datos de desempleo juvenil merece atención. 

Acertadamente, el nuevo “Informe del Mecanismo de Alerta”1 publicado hace unos meses por la Comisión Europea incluye la evolución global del desempleo entre los parámetros a monitorizar periódicamente para evaluar los riesgos de divergencia en el escenario macroeconómico europeo. No solo los diferenciales de tipos de interés. El "marcador" europeo señala peligro cuando la tasa de desempleo total supera el umbral del diez por ciento. Hoy en la zona euro, el desempleo total se sitúa en el 11 por ciento tanto en Italia como en Francia, mientras que alcanza el 26 por ciento en España.

Pero lo más alarmante es el paro de los jóvenes, que también podría entrar útilmente en el cuadro de control elaborado en el "informe" de la Comisión Europea. Los jóvenes de hoy no han conocido las espirales inflacionarias y estanflativas de los años 2 y XNUMX, las crisis y el tipo de inestabilidad del mundo que existía en Europa antes de la llegada del euro. Los jóvenes de hoy no conocen tanto las ventajas de la moneda única como los graves costes de la larga recesión y su desempleo. Trabajar para reducir el desempleo juvenil sirve para recuperar la competitividad, restaurar la cohesión entre generaciones y formar la conciencia europeísta del mañana. Un proyecto colectivoXNUMX para reunir estabilidad con desarrollo. 

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