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La industria italiana se ralentiza pero sigue siendo campeona de las exportaciones

Según el Informe de Análisis del Sector Industrial que edita Prometeia con Intesa Sanpaolo, la manufactura sufrirá una ralentización en 2018, tras el boom de 2017, pero se confirma como la primera de Europa en exportaciones, con una balanza comercial que en 2020 rozará los 100 millones - De Felice (Intesa): "Crecimiento estadounidense dopado por estímulos fiscales, el 60% entrará en recesión en 2020".

La industria italiana se ralentiza pero sigue siendo campeona de las exportaciones

La industria italiana se ralentiza significativamente en 2018, pero sigue creciendo a un ritmo superior al PIB y las exportaciones manufactureras marcan un +3,4%, un aumento superior tanto al comercio mundial (que paga la guerra arancelaria baja un 0,4% a valores actuales) como al de sus principales competidores europeos, incluida Alemania. Esto es lo que surge de Informe de Análisis del Sector Industrial, editado por Prometeia e Intesa Sanpaolo y presentado en Milán: “Las exportaciones – comentó Gregorio De Felice, economista jefe de Intesa Sanpaolo – se confirmarán como un punto fuerte también en los próximos años, y según nuestros cálculos el balance manufacturero se acercará a los 100 mil millones, alrededor de 98, en 2020 ”.

El rendimiento llegará a pesar de los muchos problemas críticos que enfrentan tanto la economía italiana como la mundial: la facturación de la fabricación italiana aumentará solo un 1,7% este año, en comparación con el auge de 2017 con un +2,8%, y en el bienio 2019-2020 -según las previsiones de Prometeia- se desacelerará aún más hasta situarse en torno al 1,6% como media anual. “El ciclo internacional sigue siendo positivo –explicó De Felice– pero el pico de crecimiento ya ha quedado atrás. En cualquier caso, yo no armaría un escándalo: solo estamos asistiendo a una ligera desaceleración, condicionada por la paradoja de EE.UU.".

Estados Unidos es señalado por el economista jefe de Intesa como el gran factor de incertidumbre: “Hoy son junto con China el mayor motor del crecimiento mundial, en 2018 volverán a crecer casi un 3%. Pero este crecimiento está dopado por el estímulo fiscal, que prolongará hasta 2019 un ciclo positivo que para EEUU habrá durado 10 años, el más largo desde la segunda posguerra. Sin embargo, es posible que la economía estadounidense pague la factura en 2020: en nuestra opinión, tendrá un 60% de probabilidad de entrar en recesión”.

Luego está la guerra de los aranceles, que está frenando el comercio mundial y que tiene un impacto negativo de más de medio punto porcentual en el PIB de EE. UU., debido a la fortaleza del dólar que reduce las importaciones pero también penaliza las exportaciones en las barras y estrellas. “La subida de tipos por parte de la Fed –añade De Felice– en cambio representa, por ahora, un menor riesgo”. Por otro lado, hay muchos elementos de incertidumbre provenientes de Europa., donde el Parlamento se renovará en 2019 y el mandato de Mario Draghi en el BCE expirará a finales de año: “Europa se enfrenta a varios retos: la migración, el cambio climático, el descontento de la población y las tasas de subida a partir de 2020”.

Por ahora, la fabricación italiana se mantiene firme. De hecho, como se mencionó, las exportaciones continúan creciendo: en 2010 representaba el 25% del PIB, hoy el 31%. Las empresas, netas de aquellas que no lo lograron y quebraron, muestran una mejor rentabilidad y, en general, están más capitalizadas y son financieramente más sólidas. “El tejido productivo nacional –dijo De Felice– se prepara, por tanto, para afrontar las incertidumbres y riesgos crecientes del escenario partiendo de bases más sólidas. La variable clave, sin embargo, es la de las inversiones. Están disminuyendo tanto los públicos, también en la nueva maniobra, como los privados, nacionales y extranjeros. Tenemos un serio retraso en infraestructura y no es solo un problema de dinero sino también de trámites y normas. Además, apenas usamos fondos de la UE”.

Sin embargo, en los últimos diez años las llamadas inversiones intangibles han crecido, o los relacionados con el desarrollo de nuevas tecnologías, la producción interna o la adquisición de patentes industriales, y todo lo concerniente a concesiones, licencias, uso de marcas. La cifra identificada por Prometeia e Intesa Sanpaolo es del +23 %, aunque la incidencia sobre el PIB es solo del 2,9 %, todavía baja en comparación con el 3,8 % de Alemania y, sobre todo, con el 5,3 % de Francia. Sin embargo, la brecha se está acortando.

Mirando los sectores de nuestra fabricación, creciendo por encima de la media nacional son los más vinculados a la innovación, mientras que los demás van más despacio. Se sigue llevando la parte del león la Mecánica, que en el bienio 2019-2020 destacará en crecimiento (+2,4% la media anual) y también en tamaño: al final del periodo volverá a superar al de Alimentos y Bebidas . La Mecánica también arrastrará a toda la cadena de suministro ligada a ella, como Metales y Electrotecnia, que crecerán en torno al 2%. La tasa de crecimiento de los productos químicos, farmacéuticos y FMCG también será superior a la media de la fabricación italiana, sectores en los que Italia confirmará su papel como plataforma de producción de alta calidad.

En el bienio 2019-2020 Automoción y Motos, que fueron la gran decepción de 2018, también volverán a los buenos resultados, condicionada por la ralentización de las exportaciones a EE.UU. tras las políticas proteccionistas de Donald Trump, y por el hundimiento del outlet chino, tras el boom de 2017. Por último, productos y materiales de construcción, metalurgia, Intermedios Químicos, Electrónica, Mobiliario y dos impulsores históricos del Made in Italy como Moda, Alimentos y Bebidas. El sector con más dificultades, como lo está desde hace años, sigue siendo el de los electrodomésticos.

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