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The Economist ayuda a Sarkozy: Hollande es peligroso para Europa

FRANCIA PRESIDENCIAL – Del prestigioso semanario financiero británico llega la más inesperada y autorizada de las asistencias al presidente saliente Nicolas Sarkozy: "Es mejor que siga sentado en el Elíseo, Hollande está en contra del rigor" – El candidato socialista ha cerrado la primera vuelta en la ventaja y las encuestas le dan el favorito para la papeleta.

The Economist ayuda a Sarkozy: Hollande es peligroso para Europa

Siempre él, el Economista. El prestigioso semanario económico inglés, que no soportaba a Silvio Berlusconi, no parece reservar la misma suerte a su alter ego transalpino Nicolas Sarkozy,. Y tras haber descargado al líder del centroderecha italiano, incluso definiéndolo en una portada de 2011 “El hombre que jodió a un país entero” (El hombre que jodió a todo un país), y saludó con entusiasmo la llegada de Mario Monti, quisiera en cambio que se confirmara en el Elíseo al último presidente francés.

En estos tiempos de crisis, en los que los mercados y los diarios económicos tardan un segundo en alinearse contra los actuales jefes de Estado para invocar gobiernos técnicos o renovaciones más cercanas a la voluntad de los poderes financieros, no es poca ayuda para un Sarkozy cada vez más solitario y desvalido en las encuestas.

Será por su inquebrantable amistad con la canciller alemana Angela Merkel, pero su confirmación al frente de Francia es vista por el diario de culto de la comunidad financiera como mucho más deseable que la del retador socialista. François Hollande, abiertamente entregado a un enfrentamiento abierto con Berlín y por lo tanto considerado incluso "peligroso" por The Economist.

Sobre el número que sale el sábado, con un especial dedicado a elección presidencial francesa (El domingo 6 de mayo la papeleta elegirá al ganador entre Sarkozy y Hollande), The Economist sitúa en portada al líder de la izquierda en una imagen algo desconcertada, definiéndolo precisamente “peligroso para Francia y para Europa porque está en contra de la austeridad”. Lo cual, en cambio, es considerado por el semanario británico como una condición necesaria, aunque dolorosa, para satisfacer a los mercados que, de hecho, ya están bastante agitados tras los resultados de la primera vuelta en la que el candidato socialista aventajó a Sarkozy. "Está en juego la supervivencia del euro", argumenta The Economist que ve en Hollande el peligro de una revuelta europea, tras su eventual (y probable) triunfo, en el que muchos países podrían seguir su línea orientada fundamentalmente al crecimiento más que a la contención de la deuda y, en general, al rigor financiero impuesto por Bruselas, Frankfurt y Berlín.

El editorial cierra luego con una disculpa insospechada para Sarkozy: “Lo apoyamos sinceramente también en 2007, y lo felicitamos por haber suavizado las 35 horas de los socialistas y elevado la edad de jubilación. Simplemente tuvo la desgracia de gobernar Francia en los peores años de la crisis”. ¿Y el ligero antieuropeísmo (léase también actitud proteccionista y antiinmigración) mostrado en los últimos tiempos? Mientras apoya a Sarko, The Economist también justifica que: "Lo hizo para ganarse a los votantes de Le Pen". Entonces, ¿es el presidente perfecto? “No, pero hay que votar por él para alejar a Hollande”, admite finalmente la revista inglesa. Lo menos peor por tanto, pero necesario para satisfacer a Angela Merkel y a los mercados. 10 días antes de la votación, no está mal la asistencia de Nicolas Sarkozy.

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