China frena, Apple lanza la advertencia de ingresos y la moda, que centra muchas de sus expectativas de crecimiento de ingresos en el mercado chino, se hunde. En Piazza Affari, todo el sector está en números rojos y todas las principales marcas se ven afectadas por la nueva (¿o esperada?) criticidad desencadenada por el grupo de Cupertino.
Poco después de las 9.30, Luxottica aguantaba (-0,08%) pero perdía un 2,8% Moncler, 2% Ferragamo, el 2% Brunello Cucinelli y -1,3% Tod's. Una tendencia que lleva el índice del sector al -1,9%, mientras que el Ftse Mib cae un 0,5%. En Francia el grupo Kering pierde 3,15%, Lvmh 2,47%, Hermes la 2,07%.
Recordamos que el miércoles Apple recortó sus previsiones de ventas, por primera vez desde 2007, también por la ralentización de China. A los temores de los participantes del mercado se sumó la revisión de la previsión de ventas para 2019 consistente en un recorte de 9 millones de dólares, desde un rango anterior entre 89 y 93 millones, a los 84 millones actuales.
China espera nuevas medidas gubernamentales para apoyar la economía después de que los datos macro del miércoles destacaron una contracción en la actividad manufacturera por primera vez desde mayo de 2017. El banco central de China anunció una intervención de ajuste para ayudar especialmente a las pequeñas empresas que tienen dificultades para obtener crédito.
Sin embargo, a pesar de una política a favor del desarrollo, los economistas de BofA Merrill Lynch pronostican una desaceleración continua del crecimiento y creen que las autoridades chinas solo intervendrían de manera más concreta si percibieran riesgos graves para la estabilidad financiera. La caída de Apple y, junto con ello, la debilidad del índice Nasdaq, empujaron a pérdidas a los mercados asiáticos. También les inciden negativamente los rumores filtrados sobre el posible acuerdo entre China y Estados Unidos (que abrirá una mesa de debate la próxima semana en Pekín), que según el presidente Trump tendrá poco margen de maniobra. Un conjunto de dinámicas que vuelve a avivar los temores sobre la evolución de los ingresos en el área asiática y sobre todo en China, región que ya se ha convertido en fundamental para la economía de las maisons de lujo.
