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La "BUENA ESCUELA" de Renzi finalmente premia el mérito

Por primera vez un Gobierno introduce mecanismos y sobre todo fondos (200 millones) en las escuelas para premiar el mérito de los docentes: este es el punto crucial de la reforma aprobada ayer por el Consejo de Ministros, que -junto a las 100 contrataciones de Trabajadores precarios que curan una herida dolorosa y a la autonomía – Por fin puede marcar un punto de inflexión

La "BUENA ESCUELA" de Renzi finalmente premia el mérito

Mérito, finalmente. Por primera vez un Gobierno introduce mecanismos y, sobre todo, fondos -200 millones- en las escuelas para potenciar el mérito de los docentes. Es uno de los pilares de lo que definió ayer Matteo Renzi en rueda de prensa, tras la luz verde del MDL al proyecto de ley, “La principal reforma para nuestro país”. 

Junto a la valorización del mérito, entre los diez puntos presentados por la Premier, la autonomía y la contratación de cien mil trabajadores precarios constituyen sin duda los nodos estratégicos de la revolución conceptual de la escuela que se entrelazan para determinar un sistema de efectos virtuosos .

Desde hace un tiempo, la promoción del mérito de los docentes, a partir del generoso intento del ministerio Berlinguer, ha sido objeto de resistencias contradictorias por parte de los propios docentes que desconfían de todos los mecanismos hipotetizados hasta ahora para decidir a quién y cómo evaluar. . Pues bien, Renzi resolvió este dilema con un movimiento ágil, encomendando la tarea a los rectores que decidirán teniendo en cuenta también la opinión de los colegios de enseñanza. 

El tema de la valoración del mérito no sólo está ligado al bono económico sino que está implícito en otros puntos de la reforma, en la convocatoria directa de los docentes por parte de los directores en base al currículo y en el marco de un registro profesional. Además, siempre a la valorización del mérito hay que atribuir la contratación de profesores por concurso, una vez agotados los notorios rankings. 

Los tres puntos clave de la reforma se entrelazan así en un marco que es el de la autonomía finalmente sustantivada en la implementación concreta de las medidas legislativas adoptadas desde finales de los noventa, pero hasta ahora frustradas por formalismos burocráticos y centralistas.

Los colegios autónomos tendrán ahora, gracias a la contratación de los cien mil, también una plantilla funcional, es decir una especie de equipo de trabajo que hará ágil y rápida la cobertura de las ausencias repentinas y temporales. Pero sobre todo las escuelas autónomas operarán en términos de responsabilidad hacia los usuarios y sus directores serán evaluados por los resultados que obtendrán las escuelas que dirijan. 

Estos directores ciertamente tendrán más poderes, podrán llamar directamente a los profesores, decidirán a quién recompensar, etc., pero tendrán que dar cuenta de la eficiencia y eficacia de sus elecciones, en cualquier caso no arbitrarias pero siempre en relación con criterios predefinidos, como las calificaciones profesionales y los currículos de los docentes.

Finalmente, las cien mil contrataciones sanarán una herida dolorosa, la de muchas personas obligadas a la incertidumbre y la precariedad, y dotarán a las escuelas de personal suficiente para cubrir las necesidades hasta ahora comprimidas. Sobre todo, se encargarán de que nunca más haya clases de gallinero. Al mismo tiempo acabará con un mecanismo perverso -el de los suplentes- que no garantizaba la calidad y generaba expectativas decepcionantes. 

En este sentido, son varias las perplejidades que se plantean sobre el tiempo necesario para hacer posible la contratación antes de septiembre. A quienes preguntan en la rueda de prensa si llegaremos a tiempo para esa fecha, el Premier responde "El Parlamento lo logrará, de una forma u otra" e insiste "El Parlamento lo logrará". Esta frase es hermosa – agrega en tono de broma al subsecretario Graziano Delrio. Pero, sobre todo, la exhortación va dirigida al Parlamento, a actuar rápido y bien.

Los demás aspectos de la reforma -transparencia, introducción de la música y el arte- responden todos a objetivos de calidad que tienden a cambiar y mejorar no sólo la escuela sino la propia sociedad que se forma en la escuela.

Una revolución por lo tanto más que una reforma, pero quizás sea mejor, como dice Renzi en una rueda de prensa (“¡Basta de reformas!”), una serie de opciones de sentido común que pueden conducir a efectos concretos. 

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