A menos de tres meses de las elecciones presidenciales, Donald Trump, juega una carta sorpresa: “El acuerdo de Abraham”. El número uno de la Casa Blanca lo anunció primero vía Twitter, luego en rueda de prensa. Este es un gran punto de inflexión para el escenario de Oriente Medio: uno histórico acuerdo de paz entre israel y emiratos arabes unidos. Fue el presidente estadounidense quien actuó como mediador en las negociaciones y el pacto podría firmarse en las próximas semanas en Washington.
El texto del acuerdo dice que la normalización de las relaciones entre los dos países "hará avanzar la paz en Oriente Medio" y que Israel renuncia a la polémica anexión de partes de Cisjordania, suspendiendo la declaración de soberanía sobre las áreas previamente delimitadas por el plan Trump y concentrando sus esfuerzos en mejorar las relaciones con otros países del mundo árabe y musulmán.
Sin embargo, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, si bien admitió que el acuerdo marca un importante punto de inflexión diplomático para su país, precisó que el plan israelí de anexar Cisjordania no ha sido cancelado, sino únicamente congelado, como lo solicitó Estados Unidos.
En cuanto a Emiratos Árabes Unidos, con este acuerdo se convierten en el tercer país árabe en mantener relaciones diplomáticas con Israel tras Egipto (el acuerdo de paz data de 1979) y Jordania (1994). Pero, sobre todo, Abu Dhabi es el primer estado del golfo Pérsico en normalizar las relaciones con Israel, adquiriendo así el estatus de país clave en el bloque sunní antiiraní, liderado por Arabia Saudí.
Desde el punto de vista de Estados UnidosDe hecho, el acuerdo es importante sobre todo porque contribuye a debilitar a Teherán, a lo que Trump no dejó de renovar el desafío: “Si yo fuera reelegido -dijo- en 30 días también haría un acuerdo con Irán. Biden el durmiente jamás lograría estos resultados”.
Sin embargo, no es obvio que el acuerdo Israel-Emiratos realmente se lleve a cabo. Una dura condena ha llegado desde el frente palestino: normalizar las relaciones con Israel significa socavar la iniciativa de paz árabe y traicionar la aspiración a un estado palestino independiente. Así lo respalda la ANP, que ha pedido reunir a la Liga Árabe en una sesión urgente para rechazar el acuerdo y, como protesta, ha llamado a su embajador en Abu Dabi. Según Abu Mazen, líder de la Autoridad, “los Emiratos Árabes Unidos no tienen derecho a hablar en nombre de los palestinos”.
