El caso Ilva estalla por enésima vez. Quizás aprovechando la crisis del Covid-19, aunque los sindicatos y el gobierno especulan que podría ser un simple pretexto, ArcelorMittal presentó al ejecutivo italiano un plan de reactivación industrial que no deja lugar a malos entendidos: los despidos previstos son 3.300 ya este año, lo que reduciría drásticamente la fuerza laboral de los más de 12.000 actuales. Entre los despidos anunciados hay al menos 1.600 que el grupo franco-luxemburgués se había comprometido a absorber en acuerdos anteriores. La reacción de los sindicatos es inevitable. “Como siempre, somos los últimos en conocer el contenido de los planes industriales, pero los primeros en pagar la cuenta”, tronó Marco Bentivogli, secretario general de Fim Cisl.
“Los despidos y la producción que se ubicaría en alrededor de 6 millones de toneladas por año no son aceptables – continuó Bentivogli. El acuerdo del 6 de septiembre de 2018 preveía cero despidos y 8 millones de toneladas producidas en 2023. ¿Habría señalado ArcelorMittal que el escenario, en comparación con el acuerdo de marzo, ha cambiado profundamente debido al confinamiento? Excelente coartada para retrasar aún más el reinicio de la Afo5 y seguir desmantelando la planta y no continuar con las obras ambientales. Felicidades a quien se quitó el escudo penal el verano pasado y le dio a la empresa una coartada para desvincularse”, cerró Bentivogli con una indirecta al Cinco Estrellas. Los demás sindicatos también están en pie de guerra ("La situación es explosiva. Plan inaceptable", dice Francesca Re David de Fiom; "Comportamiento despreciable de ArcelorMittal", ataca Rocco Palombella de Uilm), que claman por la intervención del Gobierno . Que ya estaría orientado hacia un plan B, con la implicación de CDP.
“La entrada del estado en la ex Ilva a través de Cdp es casi inevitable. Si ArcelorMittal ha decidido irse, se irá y acabemos aquí”, dijo ante el informativo oficial el ministro de Desarrollo Económico, Stefano Patuanelli, que se reunirá con los sindicatos el martes 9 de junio, que ya convocaron al paro en todas las fábricas. . En realidad CDP no sería la solución más adecuada (por estatuto no puede intervenir en empresas en crisis) sino Invitalia. También hay un derbi sobre Ilva dentro del propio ejecutivo, con el ministro de Hacienda, Roberto Gualtieri, que sigue convencido de la necesidad de retener a ArcelorMittal en Italia, con el apoyo del Estado y siguiendo las coordenadas del acuerdo anterior encontrado.
