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Porcellum, una ley infame: pero ¿es sólo culpa de Berlusconi y de la Liga?

Berlusconi y la Liga pasarán a la historia como los envenenadores de la democracia con una ley electoral bastarda - Pero, por astucia fuera de lugar, el Partido Demócrata no ha luchado hasta el final para anularla - Sólo Napolitano y, más recientemente, Monti han alineados contra el Porcellum y los problemas de gobernabilidad se pueden ver

Porcellum, una ley infame: pero ¿es sólo culpa de Berlusconi y de la Liga?

Es muy cierto que siempre se aprende algo de la pequeña pantalla. anoche en "BallaròLucia Annuziata, directora del sitio Correo Huffington Italia, con solemnidad, explicó a los cultos e inclinados que el problema central de estas elecciones políticas no es el Imu sino la gobernabilidad del sistema. Annunziata tiene toda la razón porque es realmente inconcebible e intolerable que una fuerza política que gana las elecciones a la Cámara no pueda gobernar porque el juego de premios regional del Senado corre el riesgo de dar una ventaja distorsionada a otras formaciones políticas en el Palacio Madama, lo que dificulta establecer un gobierno. . Pero que así sea. Los anales registran que el Porcelana, esa bastarda ley electoral inventada por Silvio Berlusconi y la Liga -que siempre tendrá la responsabilidad histórica y política de ella- para impedir que Romano Prodi ganara las elecciones y gobernara en 2006.

Han pasado siete años desde entonces y las protestas contra el Porcellum fueron desperdiciados. Pero Porcellum siempre está ahí. ¿Por qué? Berlusconi y la Liga, vale la pena repetirlo, son los principales asesinos de una democracia basada en una ley electoral correcta. ¿Pero son todos los demás inocentes? El único por el que puedes poner la mano en el fuego es Mario Monti, la última entrada en política que de hecho ha anunciado que cambiar la ley electoral será su primera apuesta en la nueva legislatura. Pero Casini, Fini y sobre todo la Pd? ¿Cómplices o indefensos? Casini no ocultó su enfado con Porcellum pero nunca tuvo la fuerza política para cambiarlo. Fini, que estaba con Berlusconi en ese momento, incluso votó por él, salvo una autocrítica posterior.

¿Y el Partido Demócrata? En palabras, el Partido Demócrata siempre ha estado en contra de Porcellum pero, hacia el final de la legislatura, frenó y renunció a aprovechar los espacios de intervención que dejaba la vacilación de Berlusconi, para intentar corregir realmente a Porcellum. La idea inofensiva era que Porcellum es una inmundicia pero da un premio insólito al primer partido en la Cámara y que por tanto valía la pena aprovecharlo aunque te taparas la nariz. De nada sirvió el forzamiento infinito de Giorgio Napolitano, el único que puede decir que peleó con todas sus fuerzas contra Porcellum. Pero en vano, ahora el Partido Demócrata empieza, con razón, a preocuparse pero es posible que la claridad política siempre se prefiere la astucia? A menos que te des cuenta más tarde.

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