Standard & Poor's no suelta a Atenas. Ayer por la noche, la agencia de calificación estadounidense anunció que había rebajó la calificación de la deuda soberana de Grecia nuevamente de triple C a incumplimiento selectivo. En particular, en la mira de S&P está queoperación de recompra impuesta al Tesoro griego por Bruselas y el FMI como condición fundamental para obtener el visto bueno oficial al nuevo tramo de ayuda, que debería llegar del Eurogrupo el 13 de diciembre.
Para esa fecha, Atenas se comprometió a reducir su deuda recomprando en el mercado gran parte de sus bonos del Estado ahora en manos de inversores privados (la operación comenzó el pasado lunes). Sin embargo, la agencia no cree que el país esté en condiciones de honrar parte de sus deudas.
Los mercados ignoraron efectivamente la decisión de S&Plo que evidentemente no sorprendió a nadie. Las tres principales agencias calificadoras ya habían calificado los bonos de Grecia muy por debajo del grado de inversión: Fitch le otorgó una calificación triple C, Moody's una calificación C.
Adrian Miller, analista de Gmp Securities en Nueva York, señala que cuando un país inicia una recompra normalmente la valoración cae a default selectivo: “Es un movimiento técnico y no necesariamente una indicación de incumplimiento real. Una vez completada la transacción, S&P revisará la decisión".
De hecho, no es la primera vez que S&P asigna a Grecia una calificación de incumplimiento selectivo. Ya lo había hecho el pasado mes de febrero, cuando Atenas reestructuró parte de su deuda. En mayo, la misma agencia había vuelto a llevar la evaluación al nivel triple C, para luego volver a poner las cuentas griegas en perspectiva negativa en agosto pasado.
