La preocupación geopolítica de no entregar Grecia a los rusos empuja al presidente estadounidense, Barack Obama, a intensificar la presión sobre sus socios europeos para reabrir el diálogo con Atenas. Este es el sentido de una conversación telefónica entre Obama y el presidente francés Francois Hollande y en la misma dirección va la petición del Parlamento Europeo de una cumbre urgente de jefes de Estado y de Gobierno europeos para volver a discutir el caso griego.
La canciller alemana, Angela Merkel, también fue clara: “Si cae el euro, cae la Unión Europea”. Sin embargo, Merkel no quiere hacer concesiones gratuitas al Gobierno de Tsipras y cree que es posible reabrir las negociaciones con Atenas tras el referéndum del 5 de julio.
Así, si gana el frente europeísta del Sí, las negociaciones irán cuesta abajo y un acuerdo entre la UE y Atenas estará al alcance de la mano. Si, por desgracia, ganara el frente del No liderado por Tsipras, las negociaciones se llevarían a cabo sobre bases completamente diferentes.
Mientras tanto, sin embargo, los mercados bailan.