Entre los ciudadanos europeos hay menos sentido de pertenencia a la comunidad más amplia del Viejo Continente, pero pocos están dispuestos a dar un paso atrás en la moneda única. Así lo revela un estudio publicado este martes por el Pew Research Center de Washington en el que participaron mil personas de cada uno de los principales países de la UE.
El estudio involucró a Inglaterra, España, Francia, Italia, Grecia, la República Checa y Polonia. La opinión más popular es que la pertenencia de sus países a la Unión Europea ha debilitado sus economías nacionales. Solo en Alemania, la economía más grande de Europa, ha habido un entusiasmo creciente por la Unión Europea. El número de ciudadanos alemanes que están a favor de la UE ha aumentado en dos puntos porcentuales en los últimos tres años, ahora un 65 %.
Los españoles son más escépticos. El 54 % dijo que ve a la UE con recelo, pero la cifra no se traduce en el deseo de abandonar el euro. El 60% de los encuestados quiere mantener el euro. Un porcentaje igual al registrado por la agencia en Italia, donde solo al 40% de los entrevistados le gustaría volver a la lira. Porcentajes aún más bajos en Grecia, donde solo el 23% mira con nostalgia al Dracma.
Los británicos siguen siendo euroescépticos. El 73% dijo que era bueno no abandonar la libra. Una opinión también confirmada en los otros países que no han adoptado la moneda única, es decir, Polonia y la República Checa.