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Alemania, se acercan las elecciones y Merkel parece ser la favorita. Pero, ¿es realmente así?

En septiembre, en Berlín y sus alrededores, se celebran votaciones para el nuevo gobierno y la canciller en funciones parece cada vez más cerca de la reconfirmación: de hecho, incluso entre sus oponentes, hay quienes la respetan, y las encuestas muestran que la aspirante Steinbrück no no pasar del 30% – Para Frau Angela sería el tercer mandato, pero quedan dudas sobre la composición de la coalición…

Angela Merkel dedica los últimos remanentes de la campaña electoral a conceder entrevistas; primero en la televisión pública ARD, luego en las emisoras Deutschlandfunk y Phoenix. Tranquila y despreocupada, la Canciller sabe que tiene todos los números de su lado. Sin embargo, no peca de arrogancia. Se comporta como de costumbre: responde preguntas, bromea cuando es necesario, permanece impasible ante las alusiones y trampas de los periodistas. Como ya sucedió en la campaña de 2009, la señora Merkel es muy consciente de que la gran mayoría de los alemanes la quieren. A lo largo de la legislatura fue la política más popular en la República Federal de Alemania. Incluso en los bloques opuestos hay quienes lo agradecen. Una encuesta reciente de Forsa, realizada en colaboración con el periódico de negocios Handelsblatt, destaca que hasta el 45 por ciento de los votantes verdes esperan que el canciller permanezca en el cargo por otros cuatro años. Los porcentajes de apoyo por categoría también son elevados: el 63 por ciento de los funcionarios, el 62 por ciento de los autónomos y el 59 por ciento de los empleados quieren un tercer gabinete de Merkel. Esos son números récord. Su retador, el socialdemócrata Peer Steinbrück, nunca supera el 30 por ciento de aprobación de los votantes, independientemente de la base que elija. En definitiva, parece que la partida ya está ganada desde el principio.

En realidad, las cosas son más complicadas. Si, por un lado, es bastante obvio que la Sra. Merkel seguirá ocupando el cargo de Canciller de la República Federal también en la próxima legislatura, por otro lado, el color de la coalición que liderará aún es incierto. Aunque en las últimas semanas los números para una nueva edición de la alianza liberal-cristiana parecen haberse materializado nuevamente, los márgenes aún parecen bastante estrechos. Según el último sondeo de opinión del 42 de agosto, la CDU/CSU de la Canciller navega al 37 por ciento, el SPD y los Verdes juntos apenas alcanzan el 25 por ciento (12 y 5), los liberales del FDP rozan el umbral del 8 por ciento y el extremo izquierdo supera el 2005 por ciento. Si los liberales no logran presentar diputados en el Bundestag, las hipótesis de coalición de la señora Merkel se reducirían a dos: una gran coalición con los socialdemócratas derrotados o una alianza sin precedentes con los ecologistas, por ahora solo probada a nivel local o regional. La CDU/CSU está lista para negociar. Los más reacios a unirse a los democratacristianos siguen siendo los Verdes, fuertemente divididos entre las alas reformista y maximalista. Incluso los socialdemócratas, por otro lado, no parecen tan bien dispuestos hacia una hipótesis de una Große Koalition, ya que corren el riesgo de una nueva canibalización por parte del Canciller, como sucedió en la legislatura 2009-XNUMX. En definitiva, si los liberales se mantuvieran al margen, el panorama se complicaría y los partidos representados en el Bundestag entrarían en una apretada fase de negociaciones destinadas a durar al menos todo el mes de octubre. Evidentemente, la Canciller llevará la delantera, gracias a un resultado excepcional de la Democracia Cristiana.

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