Italia ataca de nuevo y vuela a los octavos de final con un juego de sobra. Un gol en el minuto 88 de Eder, muy deseado por Antonio Conte a pesar de unos últimos meses algo decepcionantes, da la segunda victoria consecutiva a los azzurri, que ahora están a puntos completos (6 puntos) en el grupo por delante de equipos titulares como Bélgica y Suecia.
Italia se llevó el máximo botín con un partido nada emocionante pero tácticamente impecable: la defensa, apoyándose en el probado bloque de la Juventus, potenció de principio a fin a Ibra, que es la estrella de Suecia, pero que casi nunca fue peligroso. En el centro del campo Blazers, Parolo y De Rossi dieron todo de sí y las buenas proyecciones por las bandas de Candreva y Florenzi fueron buenas.
En la final Conte acertó en los cambios sustituyendo a Pellè por Zaza, que apoyó brillantemente a Eder en el gol que dio la victoria. Previamente había ido cerca de la portería Parolo, que salió perfectamente de cara a la portería sueca, pero pegando en el larguero.
Ahora Italia realmente puede soñar.