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Energía en Italia: la demanda ha bajado, pero es la más cara de Europa

Según datos del Mise, en Italia se aplica un impuesto de 369 euros por cada toe (toneladas equivalentes de petróleo) de energía utilizada: +58% sobre la media europea.

Energía en Italia: la demanda ha bajado, pero es la más cara de Europa

Italia siempre en desventaja en comparación con los países de la UE por el costo de la energía. Esta vez fue sancionado por el Ministerio de Desarrollo Económico, que puso sobre el papel el hándicap nacional para el gasto energético: "El diferencial entre los precios de los productos energéticos en Italia y en la Unión Europea sigue siendo positivo y ese proceso se ha detenido de convergencia iniciado un hace pocos años".

El veredicto del Mise está ligado a la encuesta trimestral de ENEA que había constatado un descenso del consumo frente a un ligero aumento del PIB. El ministerio de Calenda, sin embargo, acompaña su informe anual sobre la situación energética nacional con otras preocupaciones. Los de la carga tributaria y los de las importaciones. En cuanto a los impuestos, con los últimos datos disponibles de 2015, pesaba un impuesto de 369 euros sobre cada toe (toneladas equivalentes de petróleo) de energía utilizada: +58% sobre la media europea.

Una cifra récord difícil de digerir para ciudadanos y empresas. La participación de las importaciones, por su parte, se mantiene alta, en 75,6%, aunque 7 puntos menos que en 2010. El contexto es el de una transición en curso con metas aún no visibles, a pesar de algunas excepciones. Las propuestas de Confindustria -por decir los más interesados ​​en la competitividad de las empresas- no han encontrado respuesta efectiva en la actuación del Gobierno, que dice apostar por la reducción de diferenciales.

El Informe Mise integra la discusión sobre la nueva Estrategia Energética Nacional. En 2016, el consumo de petróleo cayó un 1,5%. Las principales causas fueron la crisis de los petrolíferos en el sector termoeléctrico y la menor utilización de combustibles en el transporte. Sin embargo, Italia tuvo que satisfacer la demanda comprando el 90% en el extranjero. El gas natural creció un +5%, pero con el 92% del requerimiento importado.

El ligero aumento del PIB se refleja en un mayor consumo de gas en el sector industrial. La urgencia de una planificación nacional innovadora y de largo plazo solo puede ser satisfecha por la nueva NES. Es necesario actuar con rapidez, para mantener un calendario que se ha anunciado varias veces en este año. Debe fomentarse la mezcla entre fuentes tradicionales y renovables, acompañada de decisiones que hagan que Italia vuelva a competir con los demás países de la UE.

Entre las excepciones mencionadas anteriormente está que la disminución del peso del petróleo ha contribuido a un aumento de las renovables del 0,4%: del 19,2-19,6% anual. ¿Qué nos espera? Compartir objetivos y sensibilidad nacional. No hay soluciones fáciles; los existentes deben ser facilitados, ya sea de tipo infraestructural o de gobernanza. El ejemplo alentador del auge de los biocombustibles da que pensar. En solo un año, Italia ha superado el objetivo de 2020 para el uso de biocombustibles en el transporte. Establecido en 17% en 2020 subió a 17,6 en 2016, tres años antes. Si ese fuera siempre el caso.

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