comparte

Dieselgate, ¿qué cambiará Trump por FCA?

El cambio de guardia en la Casa Blanca y la presidencia de la EPA (La Agencia de Medio Ambiente) puede conducir a la desestimación de las acusaciones, refutadas tajantemente por la compañía, contra FCA de haber manipulado los datos de emisiones de los coches diésel, pero la incógnita es de California - He aquí por qué

Dieselgate, ¿qué cambiará Trump por FCA?

"Tiempo sospechoso", sisea Sergio Marchionne, enfurecido como una hiena tras las inesperadas protestas de la Agencia Ambiental de EE.UU. (EPA) en el supuestas irregularidades en las emisiones de 104 coches diésel FCA que se venden en los Estados Unidos. ¿Por qué las acusaciones vienen ahora mismo y justo después del agradecimiento del nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, por el anuncio de FCA de invertir mil millones de dólares en plantas en Michigan y Ohio que darán trabajo a dos mil personas más?

No se trata de imaginar conspiraciones imaginarias, pero no es tan descabellada la hipótesis de que estamos ante un contragolpe indirecto de la presidencia de Obama de la Agencia ante el inminente vuelco. Por dos razones. En primer lugar, porque la franqueza recíproca entre Marchionne y Trump puede ser vivida con decepción y celos por los seguidores de Obama, aunque el presidente saliente, que había apoyado abiertamente y elogiado públicamente a Marchionne por el relanzamiento de Chrysler, quisiera aclarar que no había nada que hacer con los movimientos de la Agencia de Medio Ambiente. Y al fin y al cabo, Obama es el primero en saber que FCA no hace política pero, como todas las empresas de este mundo, no puede hacer la guerra preventiva a un gobierno, sobre todo si pertenece a un país importante como Estados Unidos. La segunda razón es aún más plausible y es el despecho preventivo de la actual gestión de la Agencia de Medio Ambiente ante la inminente llegada, eso sí querida por Trump, del nuevo presidente Scott Pruitt, exministro de Justicia de Oklahoma y enemigo jurado de los ambientalistas, que sin duda anulará la línea actual de la agencia Obama lo antes posible.

Entonces, ¿acabará todo en el archivo? Aparte de el daño a la imagen y ventas que ha recibido FCA quedando involuntariamente aplastado en la garra Obama-Trump, en realidad hay otra preocupación que perturba el sueño de Marchionne y radica en el hecho de que, en su diabólica iniciativa, la EPA ha actuado deliberadamente en concierto con la Agencia para la protección del medio ambiente de la California democrática , el temido Carb, que sin duda les hará la vida difícil a todas las agencias y a todos los centros de poder que emanan de la nueva presidencia de Trump y que no se darán por vencidos tan fácilmente en la batalla que acaba de comenzar, a menos que FCA logre de forma rápida y totalmente convincente desmantelar las acusaciones que han llovido sobre ella.

En definitiva, una mala historia, que nada tiene que ver con el escándalo de Volkswagen (ahí se trataba de fraude aquí, en el caso de FCA, como máximo irregularidades administrativas y de comunicación) pero que FCA y Marchionne tendrían sin duda menos.

Revisión