comparte

Deloitte: la tecnología no siempre cancela trabajos

INFORME DELOITTE - El riesgo de que las nuevas tecnologías reemplacen el trabajo humano al reducir el empleo existe, pero debemos distinguir los diferentes casos, porque los beneficios que las tecnologías han traído al trabajo son innegables - Un estudio de Deloitte publicado por The Guardian pone a Inglaterra a discutir y más allá

Deloitte: la tecnología no siempre cancela trabajos

¿La tecnología está acabando con los trabajos de los hombres? En un futuro, no muy lejano, hecho de drones, coches sin conductor y robots que podrá reemplazar (casi) todas las actividades humanas, uno definitivamente pensaría que sí. Y hay algo de verdad si se piensa en los modelos de negocio de empresas líderes de este período histórico, como Amazon, Google y Uber.

Pero históricamente no es así: para probarlo es un estudio realizado por Delotte y publicado por Guardian, que analiza datos de Inglaterra y Gales durante los últimos 150 años. “¿El progreso tecnológico está tomando nuestros trabajos? ¿O simplemente está aliviando nuestra carga de trabajo?”, pregunta el autorizado periódico británico. La respuesta, a la luz de la evolución desde 1871 hasta hoy, es que, en última instancia, la tecnología no era más que una “gran máquina de creación de empleo”.

En primer lugar, la tecnología ha aumentado el poder adquisitivo y, por tanto, la creación de nueva demanda y nuevos puestos de trabajo. Y luego, si acaso, ha transformado los horizontes laborales: si por un lado es innegablemente cierto que hoy en día existen cajas automáticas en los supermercados, que los taxistas pronto serán sustituidos por coches inteligentes y que el servicio de correos se llevará a cabo utilizando drones, también es cierto -dado de la mano- que desde 1950 hasta hoy se ha cuadruplicado la plantilla de bares, al igual que ha habido un boom -por ejemplo- de peluqueros y contadores.

“La tendencia dominante –explican los autores de la investigación– es una contracción del empleo en la agricultura, la industria y en general en el trabajo duro, compensada sin embargo por una notable crecimiento en las áreas de cuidados, servicios y, por supuesto, la propia tecnología“. Sí, porque según muchas corrientes de pensamiento de la época contemporánea se están salvando básicamente dos categorías de obras: las ad especialización muy alta (particularmente en tecnología y gestión de la información, a través de estudios en universidades exclusivas y/o capacidades complementarias a las de las máquinas); y los basados ​​de alguna manera en confianza (así definido en el búsqueda: auxiliares docentes y de apoyo educativo, trabajadores sociales, de vivienda, juveniles y comunitarios, cuidadores y cuidadores a domicilio), que podrán representar las profesiones del futuro para las clases que no tienen acceso a cualificaciones superiores, en áreas donde la tecnología – por ahora – no es capaz de reemplazar la relación humana.

Sin embargo, el riesgo de que la tecnología se acabe tragando una parte cada vez más importante de la mano de obra humana, aunque esto no haya ocurrido hasta ahora (o mejor dicho, solo en parte), sí existe. Ian Stewart, Debapratim De y Alex Cole, autores de la investigación para Deloitte, lo admiten: “Las máquinas asumirán tareas cada vez más repetitivas y agotadoras, y no parecen estar nunca ha estado tan cerca como ahora de eliminar la necesidad de mano de obra humana, que en cualquier otro momento en los últimos 150 años”.

Revisión