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Coltorti revela el Mediobanca de Cuccia: "Así descubrimos el Cuarto Capitalismo"

En una larga entrevista con la revista "Nuova Antologia" Fulvio Coltorti, exjefe del Departamento de Investigación de Mediobanca y estrecho colaborador de Enrico Cuccia, habla del "salón" por dentro y cómo llegó a descubrir la importancia de las medianas empresas en la economía italiana - La entrevista, que reproducimos en el archivo adjunto y de la que publicamos un extracto, se presentará el viernes 18 de noviembre en la Universidad Católica de Milán (Largo Gemelli 1, Aula G.Maria Immacolata, 17.30 h)

Coltorti revela el Mediobanca de Cuccia: "Así descubrimos el Cuarto Capitalismo"

Publicamos a continuación un fragmento de “Los setenta años de Mediobanca” de Fulvio Coltorti, entrevista de Giorgio Giovannetti aparecida en el último número de la Nuova Antologia (adjunto).

Profesor Coltorti, se necesita una valoración sobre el trabajo de Mediobanca de Cuccia. Muchos han escrito sobre ello: desde Colajanni hasta Giorgio La Malfa. ¿Su opinion?

Es una respuesta compleja por muchas razones. En primer lugar porque trabajé en muchas de las iniciativas de Cuccia y me unía la estima y el cariño. Enrico Cuccia me llamaba a menudo para jugar al ping-pong (reflexiones cara a cara y bromas) en su oficina sobre los temas más bizarros (desde la deuda pública hasta las pensiones, la sanidad, el teatro…). Colajanni emitió una opinión negativa sobre varios aspectos. Por el lado de las grandes empresas, argumentó que Mediobanca no logró consolidar ese "segundo polo" que debería haberse centrado en Montedison como alternativa a FIAT.

Además, según él, Mediobanca "se ha mantenido ajeno a la verdadera revolución que se ha producido en el capitalismo italiano, que es la pequeña y mediana empresa". El pensamiento sobre Montedison es correcto; no así, creo, el de las pequeñas y medianas empresas. Fue desde las salas de la Oficina de Investigación de Mediobanca que vino el descubrimiento del "Cuarto capitalismo", un fenómeno que identifiqué y exploré bajo la presión de la propia curiosidad de Cuccia sobre el papel de las pequeñas empresas.

Siempre recuerdo un pasaje del informe sobre el presupuesto de 1978: «Uno no puede dejar de preguntarse si, en el supuesto de que no se hubiera facilitado el caudaloso flujo de préstamos subvencionados a determinados empresarios -privados y públicos-, en la ilusión de que la solidez de inversiones y una gestión cuidadosa hubiera asegurado el éxito de la iniciativa, pero la tutela política como medio para lograr el gigantismo de las empresas y con el gigantismo, no sabemos cómo y por qué, su suerte, uno se pregunta, decíamos, si en en este caso no hubiésemos tenido empresas mucho más modestas pero sí más sanas, con un crecimiento basado al menos en parte en la autofinanciación y no solo en la deuda, capacidades productivas más acordes con el tamaño real de los mercados y, sobre todo, con menos interferencias políticas, lícitas e ilícitas, en la vida económica del país".

En esta frase, que en febrero de 2008 propuse públicamente en el original minuciosamente escrito a mano por Enrico Cuccia, reside todo el significado del Cuarto Capitalismo y la decadencia de las grandes empresas. Ojo con las mayúsculas: no faltan en absoluto. Son las formas de su uso las que han fracasado en el objetivo del progreso técnico y social. Y Cuccia pronto comprendió también cómo funcionaban las medianas empresas, gracias a su autofinanciación. Esto es exactamente lo que encontramos en todas nuestras investigaciones: capital para inversiones y deuda bancaria para cubrir el capital de trabajo.

Un capitalismo sano y capaz de asumir riesgos.

Nada de lobbies, "buenas" finanzas y apoyo a la democracia. Por otro lado, la misión "institucional" de Mediobanca era la de monitorear y estabilizar las grandes empresas. Heredó una situación de debilidad en las estructuras de su control, hizo todo por fortalecerlas, pero los dueños no eran águilas y ciertamente no podían ser expropiados. Precisamente para evitar la tentación "industrial", el estatuto de Mediobanca limitó la participación accionarial en las sociedades al 15%. Por lo tanto, siempre necesitó un socio «industrial» que se involucrara en la gestión del día a día. Por lo tanto, no era posible "reemplazar" a los empresarios y, por otro lado, la competencia de via Filodrammatici era técnico-financiera y no técnico-industrial.

Se adjunta el texto completo de la entrevista en PDF.


Archivos adjuntos: Nueva Antología, Coltorti en Mediobanca

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