Mozzarella de búfala, "el oro blanco de Campania", obtenido de cuajada de Alemania, pasta de tomate hecha pasar por italiana pero obtenida estirando puré chino, jamones de Parma falsificados, quesos envasados con residuos en mal estado, nocivos para la salud, aceite de aceitunas que son cualquier cosa menos de cosecha propia. Muchos de los productos emblemáticos del Made in Italy y de la dieta mediterránea, que se venden a diario en todo el mundo, son el nuevo negocio de la Mafia, la Camorra y la 'Ndrangheta. Se llama agromafia y es un fenómeno creciente, como muestran las estimaciones de Eurispes: 12,5 millones de euros de facturación al año, mientras que la falsificación de marcas italianas en todo el mundo provoca daños por valor de 60 millones de euros.
Es la primera vez en la historia que, para hacer negocios, se arriesgan a un envenenamiento masivo. Lo que está en juego, sin embargo, no es sólo la nutrición en sentido estricto, sino también uno de los recursos más preciados de nuestro país: la cultura y el valor del buen comer. En un mercado cada vez más global, con reglas no homogéneas, la delincuencia es capaz de explotar cualquier resquicio en los controles, llegando a resquebrajar uno de los pilares de la economía nacional. Mara Monti y Luca Ponzi reconstruyen, con documentos y sentencias, el tráfico ilícito vinculado a los productos alimenticios que llevamos a la mesa todos los días.
