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CHAMPIONS LEAGUE - Juventus y Real Madrid juegan la final en el incandescente Bernabéu

LIGA DE CAMPEONES – Encuentro estelar esta noche en el Bernabéu entre el campeón saliente de Ancelotti y la Juve de las sorpresas – Sólo un partido impecable puede dar la final a los bianconeri, que no cometerán el error de defender el 2-1 de ida – Buffon: “Queremos jugarlo sin remordimientos” – Juve con toda su fuerza: también está Pogba – Barça ya en la final.

CHAMPIONS LEAGUE - Juventus y Real Madrid juegan la final en el incandescente Bernabéu

Superar el infierno para ir al cielo. La Juventus se prepara para el partido más importante de los últimos 12 años con el objetivo de disputar otro, aún más bonito e histórico, en menos de un mes. La final de Berlín está cerca pero antes de pensar en el Barcelona, ​​que se clasificó pese a la derrota en Mónaco, hay que pasar ileso por el Santiago Bernabéu. El templo madrileño estará caliente, tanto por la afición (80 espectadores) como por el clima (se esperan 32° en el saque inicial de Eriksson). Un infierno de hecho, del que la Juve tendrá que pasar ilesa si quiere continuar con el sueño de la Champions. 

“En este punto queremos llegar a Berlín, de hecho tenemos que llegar allí – dijo Massimiliano Allegri en la conferencia de prensa. – Se necesitará una excelente actuación tanto desde el punto de vista técnico como mental, se necesitará mucho coraje”. Un mensaje contundente y claro del técnico de la Juventus: especular sobre el resultado de la ida puede resultar un gran error. De hecho, es cierto que un empate 2-1 en Turín haría que incluso un empate fuera perfecto, es igualmente cierto que bloquear el Bernabéu equivale a un suicidio táctico. 

“No podemos pensar en manejar el partido – admitió Allegri. – Juegan aún más ofensivamente en casa, simplemente cerrar sería un error. Cuanto más tengamos el balón, menos posibilidades tendrán ellos de marcar". En definitiva, la intención es jugársela, como en el Estadio. Esta vez, sin embargo, no habrá 40 aliados en las gradas sino 80 adversarios con la camiseta blanca dispuestos a todo para empujar al Madrid a la final de Berlín. 

Pero tenga cuidado: mucha presión debe manejarse con cuidado, de lo contrario, también puede resultar contraproducente. Eso lo sabe bien Ancelotti, alguien que lleva dos años luchando contra las críticas del Madrid, a pesar de los 4 títulos ganados, entre los que destaca la Champions League. Esta noche Carlo juega la temporada (LaLiga prácticamente se ha ido) y, casi seguro, también el banquillo. Lo hará a su manera, es decir, sin importarle las miles de polémicas que rondan la "casa blanca". 

En orden: la diatriba feroz entre la afición y Casillas, el exabrupto público del agente de Bale ("si le pasaran el balón sería lo mejor"), la impaciencia de Ronaldo (lleva meses sin dar entrevistas), la aversión por algunos opciones tácticas (sobre todo Sergio Ramos en el centro del campo). “Todo esto no me interesa, he visto a mis padres muy concentrados y cuando es así, normalmente, no cometemos errores – encubrió Ancelotti. ¿El abogado de Bale? Hay gente que habla demasiado… ¿Casillas? No entiendo los abucheos, como no entendí los de Ronaldo. Ramos? Es posible que vuelva a jugar en el centro del campo”. 

En definitiva, un choque frontal con el Bernabéu, una especie de all-in en el que se juega todo el juego en una mano muy arriesgada. La víspera en la Juve fue decididamente más serena y esta es la primera victoria de Allegri. De hecho, el éxito de la ida reforzó convicciones y estímulos: Berlín ya no es un sueño sino una meta concreta. “Serán 90' largos, muy largos – suspiró el capitán Buffon. – Será el partido del orgullo blanquinegro, de todos nosotros, desde los jugadores hasta la afición. Sabemos lo importante que es estar en semifinales después de tantos años, lo importante será salir de la cancha sin remordimientos”. 

Tras las sorpresas tácticas de la semana pasada (sobre todo Sturaro en lugar de Pereyra), Allegri volverá a formar una Juve típica. El 4-3-1-2 verá a Buffon en la portería, Lichtsteiner, Bonucci, Chiellini y Evra en defensa, Pogba, Pirlo y Marchisio en el centro del campo, Vidal en la delantera, Tevez y Morata en ataque. Ancelotti, frente al 4-4-2 de Turín, volverá a un 4-3-3, eso sí, renunciando a Benzema: el francés no está en su mejor momento y partirá desde el banquillo. Carvajal, Pepe, Varane y Marcelo actuarán en defensa ante el muy abucheado Casillas, mientras que Sergio Ramos deberá reencontrarse en el centro del campo, flanqueado por Kroos (también lesionado) y James Rodríguez. Allí al frente del tridente Bale-Hernández-Ronaldo, este último decisivo con el doblete que, la temporada pasada, permitió a los blancos ganar a la Juve en el Bernabéu. 

El estadio de Madrid nunca ha sido fácil: de los 7 anteriores, de hecho, 5 sonrieron a los anfitriones (el más reciente, de hecho, es el 2-1 del 23 de octubre de 2013) y solo 2 a los invitados. Pero si el primero se remonta a la noche de los tiempos (21 de febrero de 1962, gol de Sívori), el último es decididamente más fresco: el 5 de noviembre de 2008, 0-2 firmado por Del Piero con ovación final. 

Haría falta una noche así para ir a Berlín, a jugar la final contra el Barcelona de Luis Enrique. Que ayer, como era de esperarse, superó el escollo del Bayern, a decir verdad ya superado en buena medida con el 3-0 de la ida. Los alemanes lo intentaron pero el 3-2 final (goles de Benatia, Lewandowski y Muller, doblete de Neymar para el Barça) sólo sirvió para alimentar los lamentos. Los blaugrana viajarán a Berlín el 6 de junio. Solo unas horas más y sabremos si la Juventus estará arriba. 

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