De la investigación surgieron algunos resultados generales que son particularmente útiles para definir el contexto en el que se ubican los distintos grupos sociales, incluyendo obviamente a los tres (jóvenes, migrantes y no autosuficientes) sobre los que se realizó un análisis en profundidad; de hecho, resultó que la continuación de la crisis ha acentuado algunos aspectos de la deriva más larga en la relación de los italianos con el bienestar:
– la evaluación negativa de su funcionamiento, tanto en la calidad de los servicios como en las intervenciones que, desde la asistencia sanitaria a la socio-sanitaria, a la asistencia social, a la formación y la escuela, se considera que empeoran claramente en términos de cobertura (para el 63% la asistencia no no ofrecen una buena cobertura) y como la capacidad de contener las desigualdades sociales (75,3%) y territoriales (86,0%) (tab. 1);
– la creencia de que en un futuro próximo la cobertura pública se contraerá significativamente (el 63,6 % lo cree así), como ya ha ocurrido en la seguridad social y la previsión social, y como está ocurriendo en la formación y la sanidad. De ello se deduce que los italianos están aún más convencidos de que tendrán que confiar en las herramientas de defensa personal construidas con sus propios recursos;
– el cansancio de las muchas, demasiadas, reformas anunciadas como decisivas y determinantes y luego o se quedaron en el papel o se transformaron en fuertes recortes en la protección social. El desencanto con las reformas de arriba hacia abajo alimenta formas de neoconservadurismo social que instintivamente se refugian en la defensa de todo bien que aún no ha sido afectado, aun cuando sea evidentemente obsoleto y penalizador para algunos grupos sociales.
Este es el clima general formado por el entrelazamiento de sentimientos, elecciones y comportamientos sociales de los ciudadanos respecto a la protección frente a grandes riesgos y/o imprevistos, que se consolida en la crisis y como consecuencia de las reacciones a la misma; y se injerta en contradicciones de más largo plazo que ya estaban minando el bienestar desde dentro, como, en particular, la asimetría entre las necesidades y la matriz de la oferta de cobertura con tantas vulnerabilidades simplemente abandonadas y el consiguiente uso inadecuado de recursos que combinan alto gasto y cobertura insuficiente.
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Archivos adjuntos: Censis_Resumen del estudio de bienestar_1212.pdf
