Cavendish más fuerte que sus heridas hace un bis en la meta de Fano

Más fuerte que las heridas y cicatrices que se confunden con sus tatuajes, Mark Cavendish, al quemar a Matthew Goss y Daniele Bennati, ha puesto su segunda marca en este Giro de Italia que ha terminado de Módena a Fano. En la historia del Giro, Fano ha sido muchas veces tierra de conquista para los velocistas. También fue la última vez que el Giro llegó aquí en 1983 con el éxito de un velocista italiano, Paolo Rosola, que también vistió el maillot rosa. Este año el ganador, frente a la bella compañera Peta Todd y la diminuta Delilah Grace vestida de rosa, fue el maillot arcoíris de “Cannonball” Cavendish quien, a diferencia de los otros grandes nombres de los sprints, como Thor Hushvod y Tyler Farrar, no sufrió en los altibajos colocados en la final, en particular en la pequeña rampa de Gabicce Monte. Etapa aún interlocutoria a la espera de las primeras dificultades previstas en la etapa de mañana hacia Porto Sant'Elpidio y sobre todo en la etapa del domingo que subirá al lago Laceno: esperando a las águilas, el Giro -que poco antes de Rimini cruzó hoy el Rubicón, como si para simbolizar que a partir de mañana será una batalla- vivió una jornada tranquila en general, marcada sin embargo por otros choques, en la fase central de la etapa, que volvió a tener como protagonista a Taylor Phinney. El estadounidense, más bien abatido y desmoralizado, permaneció indiferente y nunca se reincorporó al grupo, perdiendo más de 12 minutos. Para él, el Giro que parecía un cuento rosa se está convirtiendo en una especie de pesadilla. El maillot rosa sigue sobre los hombros del lituano Ramunas Navardauskas mientras que para el maillot rojo en la clasificación por puntos hay un desafío cada vez mayor entre Cavendish y el australiano Goss, quien deportivamente estrechó la mano del campeón mundial británico tras la línea de meta, diciendo: “ Eres el más fuerte de todos".