Las vicisitudes de los últimos meses vinculadas a la independencia catalana, especialmente en el periodo comprendido entre el referéndum de octubre pasado y la reciente votación para la renovación del Parlamento de la comunidad autónoma de Barcelona y su entorno, han costado a la economía española alrededor de 1 millones de euros.
Para estimar es el Ministro de Economía Luis de Guindos, en una entrevista con Cadena Ser radio donde argumentaba que la ralentización del crecimiento en el ámbito catalán en el último trimestre de 2017, se debe principalmente a las turbulencias independentistas y sus consecuencias más o menos directas (el traspaso de algunos bancos y empresas importantes, por ejemplo), podría valer mil millones de euros: “Cataluña –dijo de Guindos– tuvo un crecimiento superior al del país, siempre ha sido un motor para nuestra economía pero en el último periodo se ha convertido casi en un lastre”.
El clima de incertidumbre, por no hablar de la guerra civil en ocasiones, está poniendo así de rodillas a una región que produce a pleno rendimiento casi una quinta parte de todo el PIB español, un 19%, una proporción comparable a la de Lombardía en Italia. En cualquier caso, De Guindos aseguró que la recuperación seguirá en todo el país, argumentando que en 2018 el banco central prevé un crecimiento del 2,4%, a pesar de la crisis catalana.