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Cataluña, Mas se retira y allana el camino a un gobierno independentista

Con su jugada, Mas deja el camino abierto al proceso independentista que se inició con las elecciones del 27 de septiembre. Para gobernar Cataluña estará el alcalde de Girona Carles Puigdemont, dependiente del mismo partido que el presidente saliente. La Generalitat se salva in extremis.

Cataluña, Mas se retira y allana el camino a un gobierno independentista

No hubo más tiempo. El 9 de enero era la fecha límite para tomar una decisión y, después de usar todo el tiempo que tenía disponible, Artur Mas ha hecho su elección. Un paso atrás por el bien de Cataluña.

No habrá elecciones en marzo. El presidente renunció a su cargo, entregándolo a la Copa (Candidatura d'Unitat Popular) que había pedido su cabeza a cambio del apoyo de la mayoría parlamentaria independentista resultante de la vuelta electoral del 27 de septiembre.

Mas asumirá el mando de la Comunidad Autónoma más importante del país Carles Puigdemont, actual alcalde de Girona y presidente de la Asociación Municipal por la Independencia, dependiente de Convergència democràtica de Catalunya, el mismo partido al que pertenece el ahora ex número uno de la Generalitat. Su tarea será relanzar el proceso de independencia que debe conducir a la separación del gobierno central en los próximos dieciocho meses.

Tras meses de estancamiento político, Cataluña tiene nuevo presidente. Fue precisamente quien pagó el precio más alto por la estabilidad Artur Mas, que hasta el final intentó resistir los golpes de la Copa. Dos diputados de la izquierda radical se unirán, por tanto, al grupo Junts pel Sì (la coalición independentista que encabeza el actual presidente de la Generalitat) para evitar que la nueva mayoría sea fusilada desde dentro. En cambio, algunos de los ocho restantes serán reemplazados por líderes menos extremistas.

"Es una decisión dolorosa, pero estoy tranquilo y convencido de que he hecho lo correcto por el bien de Cataluña", ha dicho el presidente saliente, declarando su disposición a estar disponible "en lo que sea útil, sin reservas y sin pidiendo nada a cambio”. Mientras las nubes se siguen acumulando sobre el Gobierno central, Cataluña se salva in extremis.

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