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Cataluña a votar: la independencia es un peligro real para España

Las elecciones de hoy en Cataluña deciden efectivamente la independencia o no de España con repercusiones no solo en la región de Barcelona sino en todo el país y también en Europa - Una cosa son las urnas y otra los votos pero el gobierno de Rajoy tiembla - Si gana la independencia, la los grandes bancos se irán de Barcelona – Reflexiones también sobre el campeonato de fútbol

Cataluña a votar: la independencia es un peligro real para España

Pero, ¿te imaginas una liga de fútbol española sin los blaugrana? ¿Y un sistema crediticio en Cataluña con solo los bancos locales liderados por la poderosa Caixa, pero sin todas las demás instituciones ibéricas? La amenaza es real.

El resultado de las elecciones de este domingo en Cataluña podría, de hecho, dar un giro dramático a la vida cotidiana de los catalanes: y no solo hablamos de fútbol y bancos, sino también de la seguridad social, el transporte, las infraestructuras, los impuestos. La independencia, o más bien la secesión, podría aislar a Barcelona con efectos negativos en su economía interna, pero también internacional.

Es cierto que Cataluña aporta el 20% del PIB nacional. Es cierto que la situación de su ocupación y sus cuentas es ciertamente más halagüeña que la de otras regiones de España, pero ello no justifica su aislamiento, en nombre de un nacionalismo que hoy ya no tiene los valores históricos y culturales. de un tiempo

La tentación nacionalista no es sólo catalana. Solo en España, incluso los vascos creyeron en ello plenamente, con un hilo de sangre (el de la radicalización terrorista de ETA) que sólo tiene un parangón en Europa, el del IRA norirlandés (pero por motivos más religiosos que otra cosa) y que hoy en día está desactualizado. En Europa, sin embargo, los impulsos nacionalistas nunca han disminuido: basta recordar Escocia, Irlanda del Norte, pero aquí y allá en todas las naciones siempre ha habido y habrá brotes de activistas independentistas: muchos de ellos por una mera cuenta política ( Lega y Front National), más populistas, otros por seguir ideales anacrónicos de dudoso éxito a medio-largo plazo.

Ciertamente, la irrupción de Podemos en España, que interpreta el malestar generalizado de una población cansada de una política tradicional ajena a los problemas cotidianos, y sacudida por la crisis económica, ha devuelto la esperanza a todos aquellos que creen en un futuro limitado por las fronteras regionales, más bien que nacional.

El millón de catalanes que llenaron las calles de Barcelona el día de la Diada nos hacen creer que las elecciones del domingo serán un auténtico plebiscito a favor de la independencia. Hacer predicciones es difícil, excepto recordar el "trasfondo" habitual de que votar en las urnas es una cosa, mientras que las encuestas son otra cosa.

El caso es que Madrid y el presidente Mariano Rajoy esperan ansiosos. De hecho, un resultado favorable a los independentistas pondría al Gobierno en una grave crisis a un paso de las elecciones generales previstas para finales de año que deberán determinar quién presidirá España durante los próximos 5 años.

El actual presidente y su Ppe están al alza, gracias a la recuperación de la economía y a que el centroderecha ha conseguido sacar a España de la crisis. Pero Podemos y el otro partido renovador, Ciudadanos, son estables. Además de gobernar plazas fuertes como Madrid y Barcelona.

Como diciendo que la situación política es complicada y que España podría salir del pasado. Del franquismo que duró hasta mediados de los 70 a la bipolaridad centro-derecha-socialista que aseguró la estabilidad social y el crecimiento del país durante los últimos 40 años, a la actual fase de renovación con los "experimentos" de Podemos y Ciudadanos que conducirán a Gobiernos de coalición, todo por vivir.

Y la votación de este domingo será decisiva para entender hacia dónde se dirige España. Si ganan los nacionalistas, ¿Cataluña se conformará con mayores poderes y mayor libertad? ¿O habrá una ruptura decisiva con el Madrid? Esta es la cuestión que hay que resolver y que toda Europa está mirando de cerca.

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