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Capitalismo rojo e inversiones chinas en Italia

Inversiones chinas en Italia. Qué son y cómo se comportan. Muchos ejemplos concretos, desde Pirelli a Ansaldo, pasando por el caso del Inter y el Milán en el nuevo libro de Andrea Goldstein para Egea.

Capitalismo rojo e inversiones chinas en Italia

Desde hace al menos veinte años, China cambia el mundo, a través de sus reformas, sus producciones y sus negocios, que también innovan e invierten en Italia. Pirelli en manos de ChinaChem, Ansaldo Energia participa de Shanghai Electric, Shanghai Bright Food que compra el grupo petrolero toscano Salov, Krizia se ha mudado a Shenzhen y el Inter y Milán también han sido comprados por los chinos.

“¿Es todo esto algo bueno?”, se pregunta Andrea Goldstein, directora general de Nomisma y profunda conocedora de las economías emergentes y sus grandes empresas, en “Red Capitalism. Inversiones chinas en Italia” (Egea 2016; 204 páginas; 17 euros; 8,99 epub).

Según muchos, es sobre todo un riesgo, porque los jefes de las empresas orientales estarían interesados ​​en nuestro know-how y nuestras marcas, y entonces estarían listos para transferir la producción a China. Según otros, sin embargo, es una oportunidad, porque las inversiones italianas de las multinacionales rojas abrirían perspectivas de crecimiento en el mercado chino y más allá.

Hay necesidad de claridad, dice el autor en el libro, abordando el tema que se presta a mucha controversia y demasiados prejuicios, de manera seria y pragmática.

Desde quiénes son las multinacionales chinas públicas y privadas, hasta las inversiones internacionales en Europa (Grecia, Portugal, Islandia). De la presencia china en la economía al caso francés y las múltiples razones de una relación cada vez más intensa. Todo ello a través de ejemplos concretos de industrias y personajes significativos, hasta llegar al más actual de los casos: el fútbol.

Un capítulo, el último, está dirigido al futuro, al futuro de las inversiones chinas aún en Europa y en Italia. Sobre cómo atraer a más de ellos, con algunas preocupaciones "legítimas", concluye el autor.

Andrea Goldstein, directora general de Nomisma, tiene más de veinte años de experiencia en temas de gobernanza global, adquirida en la OCDE y en la Comisión Económica para Asia de las Naciones Unidas y en el Banco Mundial.

Profundo conocedor de las economías emergentes y sus grandes empresas, es profesor adjunto de la Universidad Católica de Milán, expresidente de la Asociación de Antiguos Alumnos de Bocconi en París y participa en las actividades de Aspen Italia.

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