Hacerlo o frenarlo. Tras la derrota ante el Napoli y un parón de dos semanas lleno de polémica, el Milan está llamado a resurgir en el césped de Turín (20.45 horas). Partido complicado, por la calidad del rival (3 victorias de 3 en el Olímpico) pero sobre todo por la enorme presión que llevarán sobre los hombros equipo y entrenador.
Es Mihajlovic en particular quien tiene que dar una señal contundente: esta noche entenderemos si el suyo sigue siendo un proyecto válido y ambicioso como pensábamos en verano. El técnico serbio, salvo giros sensacionales, no arriesga el banquillo pero seguro que otro resultado negativo le debilitaría mucho, por no decir demasiado, a ojos de clubes y aficionados.
“Si alguien piensa que estoy a punto de rendirme, es que no me conoce – responde orgullosa Sinisa. – Nunca lo haré, voy adelante confiado y sereno, estoy convencido de que puedo salir de esta situación”. Una vez más, como siempre en el fútbol, los resultados marcarán la diferencia. De aquí al próximo parón habrá 5 partidos: el de visitante en Turín, dos partidos consecutivos en San Siro con Sassuolo y Chievo, en Roma con Lazio y de nuevo en casa con Atalanta.
La hoja de ruta tendrá que ser muy diferente a la actual (4 derrotas en 7 partidos), de lo contrario probablemente veamos un nuevo cambio de guardia, una más de estas últimas (desastrosas) temporadas. Mihajlovic sabe que no tiene mucho tiempo disponible, por eso ha decidido dejar en el desván el 4-3-1-2 visto hasta ahora. Sobre esto, como siempre en la casa de Milán, hubo mucha especulación: inevitable ya que la elección llegó después de la cena Arcore con Berlusconi y Galliani.
“Siempre hablo con ellos pero las decisiones tácticas son solo mías – respondió el entrenador. – Con el 4-3-1-2 hay varios problemas, estamos haciendo varias valoraciones. Pero no he podido trabajar con los jugadores (casi todos fuera con sus respectivas selecciones, ed), no sé si es el momento adecuado para cambiar".
En realidad la decisión estaba tomada: solo centrocampista ofensivo y espacio para el tridente Cerci-Bacca-Bonaventura, este último dispuesto a sacrificarse en la fase defensiva para aumentar la solidez del equipo. Luiz Adriano, por tanto, pagará, aunque las condiciones de Bacca (que recién regresó de Colombia el jueves) aún están por verificar. Por lo demás veremos a Diego López en la portería, Abate, Romagnoli, Zapata y Antonelli en defensa, Bertolacci, Montolivo y Kucka en el centro del campo.
Balotelli no estará en el partido, ni siquiera convocado dada la persistencia del dolor lumbar, que le ha obligado a entrenar en solitario durante casi tres semanas. Momento contrario para el Turín de Ventura, aunque la derrota en Carpi ha demostrado que el camino hacia la cima aún es largo. Pero las granadas de la casa se transforman y esta noche quieren aprovechar al Diablo herido. En un Olímpico mermado veremos el 3-5-2 habitual, con Padelli en la portería, Bovo, Glik y Moretti en defensa, Zappacosta, Baselli, Vives, Gazzi y Molinaro en el centro del campo, Quagliarella y Maxi López en ataque.
