Tras el parón por los compromisos de la selección, el domingo en el campeonato destacan los partidos entre Verona y Milán y el, aplazado, entre Inter y Napoli.
Los rossoneri estarán en el escenario del Bentegodi, en la tristemente "fatal" Verona para los colores rossoneri. Un campo hechizado no sólo en los famosos partidos del 20 de mayo de 1973 (Verona-Milán 5-3) y del 22 de abril de 1990 (Verona-Milán 2-1) que costaron dos campeonatos, sino también el año pasado, cuando en la primera jornada los rossoneri fueron derrotados 2-1, el inicio de un campeonato para olvidar. Inzaghi cree en la posibilidad de ganar para confirmarse en las partes altas de la clasificación y dar continuidad a los resultados de su equipo: “Esperamos hacer un gran partido – dijo Inzaghi -. Verona no es un campo de suerte para nosotros, tenemos que darlo todo. Yo digo que el Verona, aún sin Iturbe y Rómulo, es más fuerte este año. Pero somos el Milán y tenemos que dar continuidad". Las dudas abundan: Diego López o Abbiati en la portería, Menez y Bonaventura recuperando a Poli y Torres. Debería jugar desde el primer minuto El Shaarawy, que se calificó de "cabreado" tras tres banquillos consecutivos ante Empoli, Cesena y Chievo: "El Shaarawy dijo algunas cosas que agradecemos mucho -explicó el técnico rossoneri-, yo también solía enfadarme cuando no jugué. Lo importante es que ese enfado se exprese de la forma adecuada y que las ganas de jugar también se demuestren durante los entrenamientos. Me habría enojado si hubiera dicho que estaba feliz, en realidad, gracias a Dios que dijo estas cosas. Está claro que se parecía a mí”.
En San Siro, en cambio, se enfrentarán a dos grandes decepciones en esta primera parte de la temporada. El Inter, de vuelta de dos derrotas consecutivas ante Cagliari y Fiorentina, sabe que no puede permitirse más tropiezos, y Mazzarri se entrega al pragmatismo, porque en un momento tan delicado es inútil ser demasiado sutil: "Espero una redención de parte de el equipo – dijo Mazzarri presentando el partido contra el Napoli – son treinta partidos y hay muchos puntos en juego. Nuestro objetivo es estar en el grupo de los que luchan por la Champions. Los balances deben hacerse al final, no después de 6 juegos. Ahora mismo me gustaría empezar a dar resultados, ya vendrá el buen partido". El entrenador del Inter restó importancia deliberadamente a los abucheos que a menudo lo acompañan en San Siro (“Los abucheos no le hacen bien a nadie. La afición, no solo la del Inter, debe animar a su equipo y luego, al final, señalar cualquier disidencia. Contestar durante el partido hace que los chicos pierdan convicción"), al igual que no quiso comentar las palabras de Fassone, que le había llamado "seguro": "¿Estoy en peligro? No lo sé. Esa / lluvia…".
Rafa Benítez no lo está haciendo mucho mejor, a pesar de las dos victorias consecutivas ante Sassuolo y Turín. La temporada del Napoli hasta ahora ha estado por debajo de las expectativas, y todos esperan un punto de inflexión: “Si ganamos este partido, nuestra confianza crecerá mucho – explicó el español -, en mi opinión podemos competir con todos. El Inter es uno de los equipos más fuertes del campeonato, la calidad y el valor del equipo y Mazzarri no están en duda. ¿Mi regreso a Milán? Cuando llegué había 15 jugadores de más de 30 años, era poco probable que todavía estuvieran en el campo. Ahora para mí es un juego como cualquier otro".
