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Campeonato de la Serie A, fracaso del Milán: solo igualado con Cenicienta Verona (1-1)

Descorazonador empate en casa (1-1) para los rossoneri que no ganan ni con el colista de la clase - Bacca ilusiona, un penalti de Toni apaga los sueños - Mihajlovic se desquita con el árbitro por dos goles injustamente anulados y un penalti no Concedido pero el juego del Milan decepcionó aún más que el resultado – Ahora los rossoneri son séptimos

Campeonato de la Serie A, fracaso del Milán: solo igualado con Cenicienta Verona (1-1)

Un fracaso lleva a otro. No hay paz para el Milán de Mihajlovic, que tras empatar ante el penúltimo Carpi repitió ante el colista Verona, además en San Siro. Resultado desolador, como la lluvia de abucheos que cayó sobre los rossoneri al final del partido. Se suponía que iba a ser domingo de redención, en el que acercarse a la zona europea (hablar de Champions, francamente, no tiene sentido) y reencontrarse con una pizca de felicidad. Se ha convertido en el punto más bajo de la gestión de Mihajlovic y no solo en el terreno de juego. 

“Nunca hablo de los árbitros, pero nos están perjudicando: la explosión del entrenador serbio. – Anularon dos goles regulares y nos negaron un penalti a Bonaventura: No quiero que me tomen por tonto, así que no estoy”. No es que los episodios mencionados demuestren que está equivocado (los fueras de juego en cuestión no existieron y el empuje de Márquez sobre Bonaventura fue mucho más allá del límite permitido), es solo que es extraño justificar un empate en casa contra Verona hablando del árbitro. Y de hecho el club, si bien manifestó cierta molestia por el trabajo de Valeri, prefirió no comentar nada. 

En el hilo que discurre entre Arcore y Via Aldo Rossi está sobre todo el descontento con una mala clasificación (séptimo puesto a -7 del área de Champions) y con un juego aún peor, fuertemente subrayado por los (pocos) aficionados presentes en el estadio. Los rossoneri podrían haber ganado pero la esencia no habría cambiado: así no irás a la Champions y, muy probablemente, ni siquiera a la Europa League. El problema del equipo es sobre todo mental y ese es el mayor defecto de Mihajlovic: nada de su mentalidad dura y ganadora llegó al grupo. 

El Milan parece sufrir especialmente los llamados "partidos fáciles", aquellos en los que la victoria no es una opción sino una obligación. Ya había pasado contra Carpi y ayer la historia se repitió con Verona, último en la clasificación y aún sin victorias. Los rossoneri empezaron bien y luego se apagaron, tanto que los primeros pitidos de San Siro llegaron al final de la primera parte. En el segundo, el episodio que pudo borrar los temores: una asistencia de Luiz Adriano a Bacca y el balón a la red justo debajo de la Curva Sud (52'). ¿Todo cuesta abajo? De ninguna manera. 

En el minuto 57 la rueda giró por completo: falta de De Jong sobre Greco, penalti (convertido por Toni) y expulsión. Mihajlovic intentó revitalizar a su equipo quitando a Luiz Adriano (quién sabe por qué…), Niang y Montolivo por Kucka, Bertolacci y Cerci pero el resultado, gracias a un poco de mala suerte, se quedó en 1-1. Un punto que vale muy poco para el Milán, que se ve obligado a dejar a un lado sus sueños de gloria y concentrarse en la amarga realidad: Europa está lejos y, lo que es peor, es difícil ver cómo podría acercarse.

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