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Cambio de guardia llegando a la Farnesina pero hace falta un canciller de verdad

Matteo Renzi se prepara para elegir el reemplazo de Mogherini en Asuntos Exteriores y escucha el nombre de la vicepresidenta del Pd de la Cámara, Marina Sereni - Pero Italia merece más y es hora de que un verdadero Ministro de Asuntos Exteriores regrese a la Farnesina - La intervención de Napolitano y Frattini en la ceremonia por el 70 aniversario de Sioi.

Cambio de guardia llegando a la Farnesina pero hace falta un canciller de verdad

El cambio de guardia está previsto para dentro de días en la Farnesina. El primer ministro Renzi debe señalar al sucesor de Federica Mogherini, quien se convirtió en Lady Pesc en Europa, al frente de la Cancillería. No será una elección fácil: ponerse de acuerdo sobre las cuotas de mujeres, ponerse de acuerdo sobre el rejuvenecimiento de la clase gobernante, pero Italia necesita encontrar un verdadero ministro de relaciones exteriores y no un funcionario del partido descolorido estacionado temporalmente en los gloriosos salones de la Farnesina.

Estas reflexiones circularon en la mente de muchos ayer por la tarde mientras el presidente de la República, Giorgio Napolitano, se dirigía a Sioi -la organización sin fines de lucro del Palazzetto Venezia en Roma que forma diplomáticos- para celebrar el setenta aniversario de su nacimiento. El jefe de Estado subrayó efectivamente la importancia de la política exterior y destacó que no es casualidad que el papel del Primer Ministro haya crecido a lo largo de los años, incluso en el frente internacional. Una hermosa exposición fotográfica sobre los 70 años de Sioi recordó cómo decisiones importantes para la política exterior de Italia han madurado precisamente en las habitaciones de Sioi -desde la pertenencia a la OTAN hasta la de la CEE- y cómo esas habitaciones han lucido a lo largo de los años como protagonistas absolutos de la política exterior desde De Gasperi a Einaudi, desde todos los jefes de estado italianos hasta líderes de la escena mundial como Henry Kissinger y Francois Mitterrand y muchos otros.

Lamentablemente, señaló con un toque de amargura el presidente de Sioi y excanciller, Franco Frattini, un signo de nuestro tiempo es la evidente crisis de liderazgo. Lo que invierte de lleno a Estados Unidos, donde la popularidad del presidente Obama nunca ha sido tan baja, pero también a Europa e Italia. Llama la atención la falta de memoria y conocimiento de la historia de las relaciones internacionales en muchos líderes contemporáneos. Es de esperar que estas consideraciones también vengan a la mente de Matteo Renzi mientras se prepara para elegir al nuevo ministro de Relaciones Exteriores.

Escuchó a Napolitano ayer en Sioi Emma Bonino, que lo ha hecho muy bien tanto en asuntos exteriores como en la Comisión Europea. Pero, manteniéndose en la cuota femenina, también hubo quienes recordaron la inteligente aportación ofrecida por la Viceministra de Asuntos Exteriores por Marta Dassù.

Sin embargo, los rumores de las últimas horas van en otros sentidos y el primer ministro parece querer defraudar las expectativas de un auténtico ministro de Exteriores. Oímos rumores de que el excelente viceministro Lapo Pistelli no será ascendido a la Farnesina, que se equivoca -por así decirlo- en haber sido uno de los maestros de la política de Renzi, sino que el primer ministro tendrá en cuenta la cuota femenina y también la corrientes de equilibrio del Pd. El nombre que circula para suceder a Mogherini es el de la vicepresidenta de la Cámara, Marina Sereni, cuyas dotes políticas internacionales no se conocen pero sí se sabe la velocidad en el paso de una corriente del Partido Demócrata a otra, práctica que en el pasado ganó el puesto de ministro a otros jóvenes colegas suyos.

Nada personal por el amor de Dios, pero para la Farnesina hay mejor e Italia se merece mucho más. Presidente Renzi, sorpréndanos una vez más y finalmente denos un ministro de Relaciones Exteriores digno de ese nombre.

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