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Brasil votará hoy, cara a cara Roussef-Silva

Dilma Rousseff encarna el deseo de continuidad y es la favorita en las encuestas. Apunta a la confirmación por cuatro años pero a los empresarios y mercados no les gusta. La retadora socialista Marina Silva ha perdido terreno pero es la principal antagonista. Hay 142 millones de brasileños que también elegirán gobernadores, senadores y diputados. Boleta probable el 26 de octubre

Brasil votará hoy, cara a cara Roussef-Silva

Mano a mano hasta el final entre Dilma Rousseff, presidenta saliente que aspira a ser confirmada por otros 4 años, y la retadora Marina Silva. Hoy 142 millones de brasileños van a votar para elegir a su presidente y renovar gobernadores, senadores y diputados. Los pronósticos de la víspera son a favor del presidente de turno que representa el deseo de continuidad en un momento de desaceleración económica del país, pero el socialista Silva encarna el deseo de cambio sentido en muchas zonas del país especialmente tras los escándalos de corrupción (por ejemplo, el de la petrolera estatal Petrobras) que se produjo bajo la mirada del actual gobierno.

Por otro lado, la socialista Silva gusta y capta el descontento de algunos sectores empresariales decepcionados por el presidente de turno, pero también le preocupa su "fundamentalismo ecológico y religioso", según la imagen que utilizan sus detractores.

Las encuestas en vísperas de Rousseff eran las favoritas y todos suponen una segunda vuelta el 26 de octubre. En este caso, el candidato del Partido Socialdemócrata (Psdb, moderado), Aecio Neves, inesperadamente elevado en las proyecciones y empeñado en intentar robarle a Marina la chance de una segunda vuelta, podría volver a entrar en juego de manera inesperada.

Es una situación tensa que la Bolsa de Valores de Brasil ha interpretado con volatilidad y el índice brasileño ha perdido varios puntos en los últimos meses marcados por la campaña electoral. En el momento de la votación, si los más pudientes parecen inclinados a confiar en el pretendiente conservador, Neves, y las clases bajas probablemente seguirán confiando en Rousseff, es precisamente el electorado intermedio el que está menos representado. De este segmento de la población, así como del gran número de indecisos (alrededor del 20% de los que tienen derecho a voto), podría por tanto salir la sentencia definitiva.

Pero la probable victoria de Dilma preocupa a los empresarios que temen una nueva intervención del Estado en la economía y sobre todo en los mercados, como lo demuestra la fuerte caída registrada por la Bovespa en relación al ascenso de la presidenta en las encuestas de la víspera.

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