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Bombassei: "Marchionne tenía razón sobre Confindustria"

En la presentación en Milán del best-seller de Paolo Bricco "Marchionne el extranjero", el exvicepresidente de Confindustria, Alberto Bombassei, reveló que en 2011 coincidió personalmente con el exjefe de Fiat en el divorcio de Confindustria: "Marchionne tenía razón: era un error forzar la maniobra del gobierno"

Bombassei: "Marchionne tenía razón sobre Confindustria"

“Siempre he tenido un gran sentimiento con Sergio Marchionne. Cuando FCA se separó de Confindustria, yo era vicepresidente pero no pude hacer mucho: sin embargo, puedo decir que ya en ese momento, y todavía hoy, estaba de acuerdo con los cargos de director gerente". Alberto Bombassei, fundador de Brembo, revela los antecedentes durante una reunión en la librería Rizzoli, en la Galleria Vittorio Emanuele II de Milán, para discutir la libro "Marchionne el extranjero", escrito por la firma del Sole 24 Ore Paolo Bricco después de años de investigaciones, entre Turín y Detroit, sobre el hombre y empresario Marchionne. El libro, editado por Rizzoli, salió pocos días después de la muerte del técnico ítalo-canadiense, el pasado mes de julio, y sigue estando entre los más vendidos. “Marchionne tenía razón – admitió Bombassei, refiriéndose a la ruptura de 2011 que supuso la salida de FCA de Confindustria además del 1 de enero de 2012 -, fue un error forzar el artículo 8 de la maniobra gubernamental, buscada por el entonces ministro Maurizio Sacconi, que proporcionó que los convenios de empresa debían ser estipulados de conformidad con las disposiciones contenidas en los convenios interconfederales y que sólo podían ser estipulados por empresas y sindicatos pertenecientes a ese sistema interconfederal".

“Entre otras cosas –añadió Bombassei recordando una anécdota– me viene a la memoria un episodio que recuerdo con agrado. En ese momento yo era vicepresidente y pronto iba a ser candidato a la presidencia de Confindustria: Marchionne me dijo que si lo lograba, Fiat volvería a formar parte de la asociación.. Lamentablemente, sin embargo, no fui elegido”. El autor del libro, Paolo Bricco, intervino luego sobre la difícil relación con Confindustria y sobre todo con los sindicatos, explicando que "en realidad en la primera fase de la era Marchionne, entre 2004 y 2009, las relaciones con los sindicatos eran no es bueno, pero incluso excelente. Marchionne aun antes de ser un gran directivo fue fabril, de origen humilde y su hermana, fallecida prematuramente a causa de una enfermedad, era lo que hoy llamaríamos un intelectual de izquierda. Todo esto, el pasado de hombre de Marchionne, ha influido mucho en su actitud hacia los trabajadores y los sindicatos".

Pero luego, en 2009, las cosas cambiaron un poco. “Estaba la operación Chrysler y sobre todo, diría yo, la fallida adquisición de Opel. Esto contribuyó a la americanización de Fiat. y se hizo imposible para Marchionne mantener el mismo tipo de relación con las asociaciones comerciales”, agregó Bricco. Pero la primera fase ayudó a relanzar, llegando a acuerdos con los sindicatos, algunas fábricas históricas como la de Pomigliano d'Arco: “El relanzamiento de Pomigliano – recordó Bombassei – fue emblemático. Era una fábrica ultrasindicalizada, degradada, sin respeto por la seguridad, donde hasta los perros podían entrar libremente". "Marchionne salió como un hombre de fábrica: Marchionne no era un populista sino un hombre del pueblo", agregó Bricco, quien también reveló una anécdota: "El gerente no podía entender el hecho de que el viceprimer ministro Luigi Di Maio, que es de Pomigliano, no viajó en un auto Fiat sino que prefirió un auto francés”.

Con Di Maio y con el nuevo gobierno, Marchionne no tuvo tiempo de construir una relación, mientras que había colaborado muy intensamente con el presidente estadounidense, Donald Trump: “Con Trump –reveló Bricco– hubo una excelente relación. Ambos tenían un gran enfoque manufacturero y en cierto sentido los unía el hecho de oponerse a algunas élites clásicas, como las de los clubes de Boston y Wall Street”. Para saber aún más, está el libro: 320 páginas que cuentan la historia de un hombre "que no dejaba que las cosas pasaran, pero que las hacía pasar". Un gestor polémico, que ha dividido pero que en el transcurso de su gestión ha conseguido multiplicar por diez la capitalización de FCA: de 6 millones en 2004 a 60 millones ahora.

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