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Biotecnología y transgénicos: es hora de que la política escuche a la ciencia

El duelo entre a favor y en contra de las plantas modificadas genéticamente (GM) continúa pero la senadora vitalicia Elena Cattaneo lanza un llamamiento desde la Academia Georgofili de Florencia para que la política y la ciencia dialogen, superando el oscurantismo - Mientras tanto, la Scuola Superiore Sant'Anna y la La Universidad de Pisa presenta los últimos estudios sobre maíz resistente a herbicidas e insecticidas

Biotecnología y transgénicos: es hora de que la política escuche a la ciencia

La luz al final del túnel aún no se ve, pero tarde o temprano aparecerá. Incluso en la antigua cuestión de biotecnologías utilizadas en el sector agroalimentario, donde Italia se encuentra encaramada en un debate entre los que están a favor y en contra de las plantas genéticamente modificadas (GM). Dejando lugar a opciones políticas que han decretado 'tout court' la prohibición del cultivo y la experimentación, en detrimento de la ciencia y el conocimiento por parte de todos los ciudadanos.

tan Elena Cattaneo, biotecnóloga de la Universidad de Milán y senadora vitalicia, debutó en una conferencia organizada ayer por la Academia Georgofili de Florencia, que resumió el estado del arte sobre la relación entre ciencia, política y sociedad.

en el fondo, una sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas del pasado 25 de julio, que a nivel normativo corre el riesgo de equiparar plantas obtenidas mediante cruce de la misma especie, mediante técnicas de mutagénesis, y organismos genéticamente modificados (OGM). Una frase que en los últimos días, como es lógico, también llevó al comisario de Sanidad y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, a instar a los Estados miembros a iniciar un debate encaminado a un nuevo marco regulatorio. Esto aprovechando la innovación y la necesidad de aumentar el rendimiento de los cultivos de manera sostenible para los consumidores y el medio ambiente.

El encuentro en el Georgofili fue una oportunidad para revisar una selección de los miles de estudios realizados sobre el tema en los últimos años. Entre estos, los producidos en los últimos meses por la Scuola Superiore Sant'Anna y la Universidad de Pisa sul Maíz resistente a herbicidas e insecticidas.

El objetivo de los investigadores, pero también de muchos agricultores y operadores activos en este campo, es superar el oscurantismo que ha caído, más generalmente, sobre la aplicación de técnicas de recombinación genética del ADN, el ácido que contiene la información útil para la desarrollo de los seres vivos. Y se trata de técnicas que se conocen desde hace más de cincuenta años, en todo caso destinadas a incrementar los rendimientos de las principales producciones agrícolas. Pero la investigación, o al menos una parte preponderante de ella en Italia, también quiere centrar la atención en otras técnicas de mutagénesis, como la 'edición del genoma', conocidos desde hace 25 años, que no introducen nuevo ADN en las células, sino que inducen mutaciones en sitios específicos. Esto, sin desvirtuar y alterar la naturaleza original de los productos agrícolas y alimenticios, al tiempo que ayuda a las plantas a iniciar un proceso de autodefensa de las principales enfermedades que pueden comprometer los cultivos.

Llamativo es el caso del barrenador del maíz, un cereal del que en los últimos 35 años nuestro país ha visto perder dos tercios de su valor tras el desplome de las inversiones y los precios. Y en el origen de esta debacle, explicaron los ponentes que participaron en Florencia, ciertamente hay elecciones inadecuadas a nivel de una política agrícola común que ha reducido drásticamente el apoyo a los agricultores, pero sobre todo la decisión de Italia de decir 'no' a las nuevas variedades de maíz resistentes a enfermedades. Lo cual, por si fuera poco, ha obligado a nuestro país a recurrir a crecientes importaciones del exterior, especialmente de Norteamérica, para satisfacer la demanda de los procesadores y la industria de alimentos balanceados. El gasto del déficit comercial de Italia solo en maíz ahora se acerca a los mil millones de euros al año.

"La ciencia no es la verdad, sino un método, un conjunto de acciones, de procedimientos que se vuelven replicables en una mano experta – explicó Cattaneo a la audiencia de Georgofili – y los investigadores debemos poner en el mostrador kilos de evidencia que deben ser puestas a disposición de la sociedad. Lo que debe inducir al legislador a tomar nota de ello, aunque al final sea la política la que decida”. “En mi actividad como parlamentario –añadió el senador vitalicio– trato de que mis compañeros entiendan el método de búsqueda de pruebas. Pero cuando se niega la realidad, muchas veces se inventa una alternativa y se recurre a falsas narrativas”.

Solo en contra de estas afirmaciones vino una nota escrita por Susana Ceni, Vicepresidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara y ex Consejero de Agricultura de la Toscana. “La ciencia tiene la tarea de investigar, indagar, estudiar, experimentar, innovar, poner a disposición los resultados de su preciado trabajo, haciendo todo esto con transparencia y libertad, sin condicionamientos -informó el parlamentario- La política, los gobiernos tienen la tarea de evaluar, elegir y decidir, regular, dirigir, motivar sus elecciones, y hacerlo en interés de la comunidad que le ha encomendado. La sociedad, los ciudadanos, las organizaciones dan su mandato. Y lo hacen con el voto, con la participación, con sus elecciones de consumidores, o de cultivo, de producción”.

“Los contrastes meramente ideológicos -añadió Cenni- no han ayudado en los últimos años, y aún no lo hacen. No me corresponde a mí decidir si las nuevas técnicas de mutagénesis y edición del genoma han de incluirse entre los OMG y por tanto someterse a la normativa vigente en materia de autorizaciones de cultivo. Si creemos que debemos investigar el tema de las autorizaciones para estas nuevas técnicas de una manera diferente a los OGM, hablemos de ello y desarrollemos garantías adecuadas y transparentes”.

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