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Berlín pide menos presión sobre 800 bancos alemanes

Tras la posición adoptada por el ministro de Hacienda alemán, Wolfgang Schaeuble, ahora es el Bundesbank el que debe intervenir pidiendo una reducción de la presión regulatoria sobre hasta 800 bancos alemanes, entre ellos Bancos Populares y Cajas de Ahorros, para poner a estos últimos en condiciones para llevar a cabo su tarea de proximidad a la economía real - Assopopolari: "Diferenciar la supervisión también para los pequeños bancos italianos"

Una relajación de la presión regulatoria sobre hasta 800 bancos alemanes, entre ellos Bancos Populares y Cajas de Ahorros, para poner a estos últimos en condiciones de llevar a cabo su tarea de estar cerca de la economía real. Esto es lo que Alemania vuelve a pedir. Tras la posición adoptada por el ministro de Hacienda alemán, Wolfgang Schaeuble, hace unas semanas, ahora interviene directamente el Bundesbank a través de Andreas Dombret, miembro del comité ejecutivo del propio banco central alemán.

Dombret está dispuesto a "presentar propuestas concretas" para una serie de exenciones de la regulación internacional de las instituciones más pequeñas. De hecho, se requiere una diferenciación en términos de riesgos y dimensiones. La iniciativa de Alemania responde a la intensificación de la regulación secundaria con la última solicitud de armonización de la supervisión europea de bancos menos significativos, contenida en el documento de Directrices y Recomendaciones dirigidas a los Bancos Centrales nacionales, publicado por el BCE hace unos días, en relación con el ejercicio de la opciones y discrecionales sobre la actividad supervisora ​​de los bancos más pequeños.

Giuseppe De Lucia Lumeno, secretario general de Assopopolari, comenta lo que está sucediendo en Europa en términos de regulación bancaria.

“Hay que notar –comenta De Lucia Lumeno– cuánto la supervisión alemana, dentro del proceso de unión bancaria europea, es activa y lúcida en desarrollar una estrategia de defensa contra el segmento minorista de su sistema bancario, que son los 800 bancos menos significativos, sin concesiones adicionales o "gratuitas" de soberanía regulatoria; sopesando cuidadosamente los pros y los contras de aplicar las medidas provenientes del BCE. En nuestro país, por el contrario, sólo podemos señalar la falta de cualquier filtro de calibración para la enésima ola de legislación sobre nuestros bancos, constantemente vigilados por la solicitud "desinteresada" del FMI". "Será interesante y útil - concluye De Lucia Lumeno - seguir el progreso y el resultado del intento alemán de moderar o al menos limitar un proceso de homologación que está involucrando a los bancos más pequeños de la unión, así como a las funciones de supervisión bancaria de los bancos centrales nacionales”

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