Medio de transporte más odiado por los italianos y un privilegio que la gotha de la administración pública no se resigna a dejar pasar. Símbolo por excelencia de casta, en los últimos tiempos cuesta menos, pero el corte -esta vez- no procede con la rapidez que debería. Los autos azules resisten. Entre 2009 y 2011, el gasto en coches estatales se redujo un 16% y el ahorro anual ascendió a 280 millones de euros. Es una pena que el 44% de las administraciones sigan retrasadas en el programa de reducción de costes. El ministro de Administraciones Públicas, Filippo Patroni Griffi, admitió por tanto que en la reducción de los gastos de los coches azules "la administración pública puede y debe hacer más".
Los números fueron publicados hoy en el seguimiento que realiza la Secretaría de la Función Pública a través de Formez (Centro de Investigación y Capacitación para la Administración Pública).
Además del dinero gastado, la encuesta también tuvo en cuenta la distancia media recorrida y el número de conductores empleados entre el 10 de mayo y el 30 de junio de 2012. La imagen que surge revela que el gasto total incurrido en 2011 para la gestión del coche asciende a a mil 220 millones de euros (excluyendo placas especiales, cuerpos policiales y fuerzas armadas), de los que más del 73% corresponden a gastos de personal.
Respecto a 2009, el gasto disminuyó un 15,9%: -11,9% en la administración pública central y -16,8% en la local. En términos absolutos, con respecto a 2009, la reducción del gasto supera los 200 millones de euros anuales y asciende a 280 millones de euros anuales para 2012, sobre la base de la nueva disminución de automóviles que se produjo en el primer semestre y registrados por el censo permanente nuevamente administrado por Formez en nombre del Departamento de Administraciones Públicas.
Las administraciones que han realizado ahorros, considerando también los gastos de personal, son el 81,6%, de las que, sin embargo, sólo el 31,4% han alcanzado o superado la cuota de ahorro establecida por la ley (un 20% menos de costes respecto a 2009). En cambio, el 18,4% de las instituciones aumentaron efectivamente el gasto, el 6,1% en más del 20%.
Si no se considera el personal, también debido a los aumentos sustanciales en el costo del combustible, solo el 55,4% del total logró ahorros, mientras que el 44,6% muestra incertidumbre o incluso gastos significativamente mayores en comparación con 2009.
