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Algoritmos y volatilidad: si esto es un mercado…

La literatura financiera más conformista trata de explicar la obviedad argumentando que el comportamiento extravagante de los mercados aún depende de los fundamentos de la economía y de las empresas, pero ya no estamos en los tiempos de la Bolsa de los gritos y hoy es los algoritmos y el comercio de alta frecuencia. Con lo que sigue…

Dado que:

a) Se estima que la riqueza financiera en el mundo es unas ocho/nueve veces la real y que

b) desde hace cuatro/cinco años, las tasas de interés en el mundo han estado cerca de cero y en varios casos por debajo de cero

al igual que los fondos de pensiones, los fondos de cobertura, los fondos soberanos, etc. realizar trimestre a trimestre o año a año el mínimo de plusvalías necesarias para complacer a sus clientes y ganar otros nuevos?

La literatura financiera (más conformista que oportunista) trata de explicar lo obvio, a saber, que el desempeño extravagante de los mercados depende de vez en cuando de las políticas monetarias de los bancos centrales, de los precios de las materias primas, del estado de la economía real. economía, por la falta de reformas, por la trimestral y así sucesivamente. Pero la literatura financiera tiene cuidado de no preguntarse por qué el impacto de estos factores (o drivers, que es más fino) dura ahora menos de 24 horas. Y por qué a menudo se utilizan los mismos factores para explicar tanto los aumentos como las disminuciones.

Todo por culpa de la volatilidad, dicen. Sí, la volatilidad. Que se ha vuelto como el paraguas de Mary Poppins o el polvo mágico de Merlín. No la consecuencia de algo, como diría la lógica, sino el factor que determina a otros, como diría la más pobre literatura financiera.

A veces, es cierto, alguien rompe el paquete y llega a "descubrir" que son los algoritmos y el comercio de alta frecuencia los que hacen el mercado hoy. Pero al poco tiempo lo olvidamos y volvemos a pensar y escribir como si aún estuviéramos en el mundo de las bolsas de valores con los gritos, en los que los fundamentos de la economía y los de las sociedades cotizadas individuales movían el capital financiero. Un descuido detrás del cual están, por supuesto, las industrias de finanzas, consultoría y calificación, reguladores, periódicos, etc., es decir, decenas de miles de puestos de trabajo, carreras, salarios generosos, opciones sobre acciones. Así, la volatilidad se ha convertido en la hoja de parra y la línea del Piave de las corporaciones que no pueden imaginar su propio futuro sino como una extensión del existente.

Pero como siempre es posible otro futuro, creo que sería mejor extraer las consecuencias de los cambios "estructurales" inducidos por la globalización por un lado y la tecnología de la información por el otro. Los reguladores podrían hacer mucho en este sentido. Por ejemplo, podrían cerrar los mercados de valores a los comerciantes no profesionales. Quizás acentuando y haciendo más efectiva la supervisión en mercados donde las nuevas tecnologías o las asimetrías de información importan menos: bonos del gobierno, bonos corporativos, cuentas de depósito, etc.

¿Utopía? No nos excedamos con las palabras. A mí me parecería simplemente un mantenimiento de lo existente para no dejarme abrumar y abrumar por ello.

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