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Agici, Gilardoni: "Fuentes fósiles fundamentales para otros 50 años, nos guste o no"

En Europa y en Italia, la producción de electricidad a partir de fuentes fósiles supera el 50% del total, y durante el último siglo ha garantizado un fuerte apoyo al desarrollo. La salida de la termoeléctrica y la transición definitiva a las renovables debe hacerse con cautela e implementarse solo cuando el modelo alternativo esté asegurado y consolidado.

Desde los acuerdos de París hasta hoy, los temas de descarbonización y reducción de emisiones son cada vez más discutidos y debatidos. Ahora que los sistemas eléctricos europeo e italiano se preparan para entrar en la fase de transición energética, el papel de las centrales termoeléctricas va adquiriendo cada vez más importancia

El proceso de transición se caracteriza actualmente por un alto grado de incertidumbre sobre cuáles serán los escenarios futuros en el mediano y largo plazo, y por ello mismo las centrales termoeléctricas garantizarán estabilidad y seguridad a todo el sistema eléctrico al menos durante los próximos 30 años. años. 

Esta es la idea principal que surgió del seminario “Centrales eléctricas fósiles: cómo maximizar el valor en la transición energética” celebrado en Milán el pasado 29 de septiembre, al que asistieron los máximos responsables de numerosas empresas del sector. Las obras fueron presentadas por Andrea Gilardoni, presidente y fundador de Agici.  

En los últimos años, el sistema eléctrico se ha caracterizado por la inestabilidad: los desafíos del cambio climático resaltan la escasez de recursos hídricos, particularmente los veranos calurosos están aumentando la demanda máxima. Lo importante será no apresurarse y tomar decisiones precipitadas, entendiendo la importancia y el papel central de las energías renovables, sin, sin embargo, abandonar la energía termoeléctrica de manera demasiado abrupta. 

De ahí también la necesidad de no dilapidar el valor de las inversiones realizadas en plantas alimentadas con combustibles fósiles, especialmente en algunos casos, como el italiano, donde las plantas a gas se encuentran entre las más modernas y eficientes de Europa. 

Los combustibles fósiles garantizarán una transición segura y confiable en términos de costos, suministros y estabilidad del sistema en su conjunto. La energía termoeléctrica –y el gas en particular por su alta flexibilidad– tienen las características perfectas para poder soportar la transición energética. 

“Para nosotros las energías renovables han sido y deben ser una prioridad, pero una prioridad aún mayor es el desarrollo seguro y estable del sistema eléctrico del país que, guste o no, también estará basado en combustibles fósiles al menos durante los próximos 30 años. tal vez 50 años", comentó el Prof. Andrea Gilardoni.

El desarrollo de las tecnologías digitales y la adecuada comunicación serán los dos puntos fundamentales para el destino de la generación convencional. 
En lo digital, las aplicaciones que presentan mayores márgenes de crecimiento son el Internet de las Cosas, el big data y la realidad virtual, que permitirán mejorar la eficiencia y los márgenes de las plantas. Además, será fundamental resaltar no sólo los aspectos negativos de la energía termoeléctrica, sino también la centralidad actual y sobre todo futura que esta tiene para la sociedad. 

 

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