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Acri: las fundaciones del bienestar

Con la reunión de hoy en Roma, Acri aprobó las líneas programáticas comunes para hacer cada vez más efectiva la intervención de las fundaciones de origen bancario en el frente asistencial, un sector al que las instituciones destinan en torno al 30% (300 millones de euros sólo en 2012).

La reunión anual de ACRI, reunida hoy en Roma, ha aprobado las líneas programáticas comunes para hacer cada vez más eficaz la intervención de las fundaciones de origen bancario en el ámbito asistencial, un sector al que las instituciones destinan en torno al 30% anual (300 millones de euros en 2012 solo) de sus donaciones filantrópicas.

Convencidos de que la respuesta a la crisis de nuestro bienestar sólo puede ser colectiva, la idea es desarrollar formas innovadoras en el campo de la asistencia social que, apoyándose en el principio de subsidiariedad, promuevan la formación de un bienestar comunitario, es decir, un bienestar basado en una pluralidad de sujetos, pero también de soluciones, en los que la sostenibilidad, la equidad, el acceso y la responsabilidad se articulan en nuevos formatos y encuentran un centro de gravedad esencial en el territorio y en la comunidad, como quiera que se defina.

“El objetivo es desarrollar las capacidades y la autonomía de las personas, las comunidades y la sociedad en su conjunto, para que dentro de un panorama más rico y articulado de respuestas en el que, además del Estado y las autoridades locales, participen todos los sujetos, desde fuera organizaciones lucrativas a los ciudadanos, desde las fundaciones de suministro hasta el bienestar empresarial, las necesidades sociales pueden ser satisfechas de manera universal y selectiva - dice Giuseppe Guzzetti, presidente de ACRI -. Este nuevo bienestar podrá, por un lado, ayudar a evitar el despilfarro, la duplicidad y la falta de rendición de cuentas, y por otro, favorecer el crecimiento del sistema económico y social, generando oportunidades de trabajo”.

El documento aprobado hoy por la Asamblea de Acri – elaborado por un Grupo de Trabajo especial, encabezado por el vicepresidente de la Asociación y presidente de la Fundación Cassa di Risparmio di Ascoli Piceno Vincenzo Marini Marini – indica tres prioridades para inspirar intervenciones en el ámbito socio-bienestar : identificar modelos capaces de perseguir objetivos tanto de eficacia como de eficiencia; implementar intervenciones que desarrollen o fortalezcan los recursos humanos y profesionales, así como las redes presentes en los territorios; promover sistemas de "gobernanza comunitaria" y de prestación de servicios capaces de integrar virtuosamente, en una lógica de subsidiariedad, los recursos públicos y privados disponibles. Obviamente el documento elaborado por la Asociación no es un documento cerrado, pero puede ser refinado como resultado de la experimentación que seguirá y de las contribuciones que se presentarán al Grupo de Trabajo durante el trabajo.

Acri propone una tarea peculiar para las Fundaciones, en el contexto del tercer sector y respecto del papel de las instituciones locales responsables, caracterizada por una búsqueda proactiva de la innovación, atención constante a verificar la eficacia y eficiencia de las intervenciones, desde la promoción de la coordinación entre los diversos sujetos para fomentar la construcción de "redes sociales". En materia de innovación, las Fundaciones pueden promover pruebas piloto de modelos de intervención, para evaluar su eficacia en la resolución de problemas; apoyar la ingeniería de soluciones organizacionales prometedoras para ser implementadas y la difusión de modelos efectivos, especialmente para reducir la fragmentación de la oferta y favorecer el buen funcionamiento de redes multiactor; contribuir a difundir una cultura de seguimiento y evaluación comparativa de la eficacia, costos y beneficios de las políticas e intervenciones asistenciales, posibilitando procesos serios y fundamentados de documentación y evaluación de los resultados e impactos de las experimentaciones; colaborar con las administraciones públicas, especialmente las locales, junto con el resto del tercer sector, para tomar caminos para hacer más eficientes sus organizaciones y procesos; iniciar ensayos de coprogramación de intervenciones.

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