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Zelensky, bienvenido a San Remo: no olvidemos que él es el representante del pueblo ucraniano martirizado

La polémica sobre la oportunidad de que el presidente ucraniano esté presente en el Festival de San Remo es surrealista: deja hablar a Zelensky y no escuchamos las descaradas mentiras de Putin

Zelensky, bienvenido a San Remo: no olvidemos que él es el representante del pueblo ucraniano martirizado

Ayer dos comentaristas Angelo Panebianco en Corriere della Sera y Ezio Mauro en República han arrojado el peso de su autoridad para contrarrestar las hipocresías y falsedades de los llamados pacifistas, los que odian la civilización occidental, los tontos que llenan el presidente de Ucrania de insolencia evidentemente al no tener argumentos serios que presentar. 

En un momento tan grave de nuestra historia, en el que se juega el futuro de Occidente, bienvenido Zelensky a Sanremo para recordarnos que allá hay un pueblo que amaneció una mañana bajo las bombas y no se rindió a la soberbia del invasor, sino que tomó las armas y luchó con voluntad indómita por su libertad y por restablecer el correcto derecho internacional. 

¿Guerra de poder? un voladizo

Panebianco ha demostrado que aquellos que argumentan que los ucranianos están luchando contra un guerra en interés de otros (una guerra de poder en la que los verdaderos actores son EEUU y la OTAN) dicen un disparate estrepitoso. Si son de mala fe repiten las consignas emitidas por Moscú, si son de buena fe confunden la justa y normal aspiración de paz de todos con la hipocresía de no querer mirar la realidad, con el miedo a involucrarse (no materialmente) pero ni siquiera de corazón y de mente, con la indiferencia que, como el Presidente mattarella, es cómplice de la agresión así como en 38 lo fue de las leyes raciales y luego de las masacres de inocentes. 

La neutralidad es un multiplicador de guerra

Mauro fue aún más duro, quizás porque quería compensar algunas diapositivas graves en su periódico, en primer lugar la de disparar el titular "Escalada" en letras grandes al principio. entregar tanques más modernos para reforzar las defensas ucranianas, lo que no hizo cuando Putin comenzó a lanzar una lluvia de misiles en ciudades ucranianas afectando la infraestructura civil. ¡Eso fue una escalada! 

Mauro sostiene que en las democracias es natural que se cree adicción y fatiga incluso en las situaciones más atroces. Pero esto también es culpa de muchos intelectuales y trabajadores de la información que han agresor equiparado y agredido, comenzó a decir que la resistencia de Kiev no tiene sentido, alimentó el miedo normal de todos a la posible expansión de la guerra. Pero –dice Mauro– esta neutralidad frente al abuso es una locura regenerativa del conflicto, un multiplicador de guerra. 

Sobre todo, es singular que estas posiciones de neutralidad (que significa rendición) puedan sustentarse en nombre de la izquierda que es campeona de la paz pero en la justicia y la libertad. 

Tal vez, como apunta Paolo Mazzanti, director de Askanews, como el El Festival de Música de Sanremo es muy popular en Rusia, Putin desató a sus representantes italianos, desde Conte hasta Salvini, pasando por los Travaglio y los Vauro, para intentar anular esta comparecencia temiendo que Zelensky más que los italianos intentara abre los ojos de los rusos que están cegados por la propaganda obsesiva del Kremlin. 

Basta con tener un poco de historia en mente para comprender que Europa, ya bastante débil y desunida, no puede permitirse el lujo de dejar pasar semejante agresión a sus puertas. Bastaría mirar el mapa para entender que si Putin conquista toda Ucrania, al día siguiente Hungría se iría de Bruselas para ponernos bajo el paraguas de Moscú y luego tendríamos tanques rusos en la frontera de Austria y Alemania. ¿Está bien? ¿Podrá nuestra civilización, incluso antes que nuestra riqueza, resistir tal choque? 

Occidente es cauteloso en el envío de armas

En verdad, al examinar objetivamente los actos y declaraciones de la OTAN, se puede ver que Occidente (incluidos los EE. UU.) ha sido muy prudente en el envío de armas y que la condena de la agresión rusa nunca se ha producido con palabras belicosas e insultantes como las pronunciadas por Moscú hacia nosotros. Sobre todo, la OTAN nunca ha dicho que pretenda conquistar territorio ruso o apuntar a un cambio de régimen en Moscú. Incluso en el caso de la disolución del ejército ruso, La OTAN frenaría el deseo de venganza de los ucranianos y nunca permitiría la ocupación de territorios más allá de los ucranianos establecidos hace treinta años. Es pues obvio que Putin ahora podría salvar su escaño poniendo fin a la guerra y negociando desde buenas posiciones una paz que pueda ser honorable o en todo caso que su propaganda pueda vender como tal. 

Aquellos que piensan, como el Honorable Giro di Sant'Egidio, que ya no es necesario enviar armas y que esto pondría fin a las hostilidades, se engañan a sí mismos con que la paz se puede construir sin justicia y en la esclavitud de millones. Seamos serios. Hagamos que Zelensky hable y no escuchemos las mentiras descaradas de Putin.

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