Y en la novena jornada de la Vuelta, después de haber afianzado su liderato etapa a etapa, Chris Froome también tuvo la satisfacción de volver a ganar una etapa en la cumbre del Alto de Puig Llorença que domina la Cumbre del Sol. La ganó a su manera. con continuas sacudidas en los 4 km de la subida final, lúgubre con su pendiente media cercana al 10%, violentas aceleraciones que han desmoronado la resistencia de sus rivales: ningún desnivel abismal pero Nibali y Aru tuvieron que ceder -también por las bonificaciones del juego- otros segundos al maestro de la Vuelta - 14" el Tiburón, 17" el Sardo.
Incluso Chaves, segundo en la clasificación, al final tuvo que rendirse ante la abrumadora superioridad del líder británico, contentándose con terminar detrás de él, perdiendo otros 4” que ampliaron su diferencia con Froome a 36”. Tercero es Roche a 1'05”. Nibali es ahora cuarto en la clasificación general a 1'17" del maillot rojo, Aru es séptimo a 1'33".
Incluso Contador, sexto en meta, ha tenido que ceder otros 12” aunque el Pistolero, a pesar de estar a 3'32” de Froome, está lejos de ceder. Nada se ve comprometido, más montañas a la vista tras el descanso de hoy lunes en Alicante, pero la primera semana de la Vuelta de Froome, aunque no hizo vacío, fue perfecta.
Y la satisfacción del británico por la meta también fue grande porque desde la contrarreloj de la Vuelta de 2016 Froome no saboreaba el sabor de la victoria en una carrera, tras haber triunfado en su cuarto Tour sin ganar una etapa.
