En las espectaculares rampas de San Luca primoz roglic se llevó ese maillot rosa que se le había escapado en 2016 en la contrarreloj del prólogo holandés en Apeldoom, burlado por Tom Dumoulin durante unas centésimas de segundo. Fue una sorpresa entonces ser casi un extraño. Había llegado tarde al ciclismo después de haber dedicado los mejores años de su juventud a los saltos de esquí antes de estrellarse al final de un desafortunado vuelo hasta el punto de temer por su vida. Hoy, con casi 30 años, Roglic, tras su éxito en la Tirreno-Adriático y en el Tour de Romadie, está aquí en el Giro para ganarlo y empezó a hacerlo rompiendo con todos en la contrarreloj de 8 km de San luca
Una superioridad que no admite dudas, una demostración de poder, el capitán esloveno de Jumbo-Visma fue el único en establecer un tiempo por debajo de los 13 minutos. Pero para certificar su triunfo Roglic tuvo que esperar horas hasta la llegada de Simon Yates, que a diferencia del resto de capitanes había optado por marcharse último. El británico, aunque dando lo mejor de sí en una especialidad que no es su favorita, marcó el segundo mejor tiempo, cediendo 19” al esloveno pero superando por 4” a un excelente Vincenzo Nibali y por 9” a Tom Dumoulin y Miguel Ángel López, que se sitúa primero. en la carrera contra el tiempo.
Roglic, que partía tras Dumoulin -otro superfavorito a la par del esloveno para ganar la etapa (y también el Giro)-, siempre se ha adelantado a su rival holandés desde el primer momento, aumentando metro a metro su ventaja hasta fijarla. a los 28”: dada la brevedad del recorrido, un desnivel impresionante. Dumoulin -quinto al mismo tiempo que Miguel Ángel López- es de hecho la gran decepción de la primera vuelta del Giro que se disputó en un escenario espectacular en medio del júbilo de la multitud agolpada en la famosa calle porticada que sube al santuario .
Vincenzo Nibali fue mejor que Dumoulin, quien, sorprendiendo a todos y quizás incluso a sí mismo, conquistó un brillante tercer lugar a 23” del ganador. Se entendió que el Tiburón estaba cerca de la forma correcta en el reciente Tour de los Alpes, siempre al ataque, alegre como siempre: en la cima de San Luca, el campeón italiano confirmó que estaba allí. Roglic o cualquiera -véanse Yates y Dumoulin- que aspira al maillot rosa final en Verona- tendrá que vérselas seguro con él, que viene a buscar al trío tras los éxitos de 2013 y 2016. Entre los otros posibles protagonistas de la Giro, la contrarreloj de San Luca ascendió a Rafa Majka (sexto a 33"), mientras que Bob Jungels (13º) pagó 46". Mikel Landa e Ilnur Zakarin lo hicieron peor, que alcanzó respectivamente 1'07” y 1'20” del esloveno.
Este domingo el Giro llega a Fucecchio, meta de la segunda etapa con un recorrido de 200 km arriba y abajo de los Apeninos toscano-emilianos pero sin mayores dificultades. No habrá el japonés Hiroki Nishimura al que se le acabó el tiempo en el San Luca. Esta es la segunda vez que sucede algo así al final de la primera etapa de una gran carrera por etapas.