No hay paz para Volkswagen. El gigante automotriz alemán ha anunciado que detendrá la producción durante unos días en seis plantas alemanas donde se fabrican algunos de los modelos más populares de la compañía, incluidos los sedán Passat y Golf. En detalle, se recortará la jornada laboral de aproximadamente 27.700 trabajadores a finales de agosto.
La decisión surge como resultado de la disputa legal entre la empresa y dos proveedores de componentes clave (caja de cambios y fundas de asientos), que han detenido las entregas al grupo automotriz.
"Aunque el tribunal estatal de Brunswick ha emitido órdenes judiciales temporales que exigen a los proveedores que reanuden las entregas, hasta ahora ese requisito no se ha cumplido", dijo el fabricante de automóviles en un comunicado.
Por su parte, los fabricantes de los componentes han recurrido la decisión judicial. Sin embargo, Volkswagen ha anunciado que reanudará las conversaciones con los proveedores el próximo lunes. El grupo -dijo un portavoz- espera "obtener un resultado a través de negociaciones", pero el camino hacia la corte ya está abierto.
Los proveedores dicen que VW ha rescindido varios contratos sin previo aviso ni compensación, dejándolos sin otra opción que detener las entregas para proteger sus negocios y su fuerza laboral.
Un portavoz de Prevent, la empresa matriz de las dos empresas, dijo al diario económico alemán Handelsblatt que VW estaba imponiendo "condiciones inaceptables" a sus proveedores. El periódico también informó que Volkswagen ha estado tratando de obtener concesiones de todos sus proveedores por valor de varios miles de millones de euros.
Las fábricas afectadas por la interrupción de la producción son Emden, Zwickau, Kassel, Salzgitter, Brunswick y un sitio clave en la sede de la empresa en Wolfsburg.
