¡Finalmente Italia está creciendo! Las previsiones para 2021 se revisan de nuevo al alza: 4,5; 4,9; 5,3; 5,7; 5,9; 6,0; 6,3… ¿Quién ofrece más? ¿Relámpago en la sartén o redención de la jaula pantanosa de la decadencia? La respuesta hay que buscarla sin duda en las políticas del gobierno Draghi-Franco, empeñado con las tripas en sacar al país de un destino cruel. Mantener a raya las trampas y emboscadas de los pequeños partidos, un diminutivo que se ajusta tanto a su tamaño en el Parlamento y en el electorado como a la grandeza de sus ideas, si no de sus ideales.
Sin embargo, la respuesta hay que buscarla sobre todo en el comportamiento del sector privado y de la sociedad civil. Junto a decenas de miles de empresarios y millones de trabajadores que luchan como leones en la arena de la competencia mundial, conquistando y defendiendo segmentos de mercado para Made in Italy todos los días, hay golpes infligidos al atractivo del país, vamos. monopolistas de turno que duermen en las suaves y plumosas almohadas de la anualidad.
¿Un ejemplo? La visita a la exposición Infierno en el Establos del Quirinale. Intenta cambiar la hora desde la reserva realizada, que es obligatoria los fines de semana y festivos. El Caronte que atiende, con gran amabilidad, el teléfono de Vivaticket (monopolista de la venta) te dirá que no puedes. Pero cómo, el sitio muestra que hay amplia disponibilidad en otros horarios del mismo día. No se puede hacer. Pero faltan más de veinticuatro horas, te libero el lugar para otras dos personas que pueden estar buscando el mismo tiempo. No se puede hacer. Entonces, ¿tiré el dinero? Puede vendérselos a otra persona, ya que no son nominativos…
Sugerimos al Ministro Daniele Franco y al Director General del Tesoro Alessandro Rivera crear un mercado secundario para los boletos emitidos por Vivaticket junto al de los bonos soberanos más líquidos del mundo. Ciertamente es más sencillo que quitarle el monopolio a este destructor de la imagen de Bel Paese.