girar en el venta de ita., la aerolínea nacida sobre las ruinas de Alitalia. Contrariamente a lo esperado, Hacienda, de la que es accionista, ha optado por el consorcio formado por Centares, Air France y Delta que superó así a la competencia de MSC Group y Lufthansa que hasta hace días se daban como favoritos.
El anuncio del Mef
Por la venta de Ita “se iniciará hoy una negociación exclusiva con el consorcio formado por Certares Management LLC, Delta Airlines Inc. y Air France-KLM SA, cuya oferta se consideró más acorde a los objetivos planteados”, anunció el Ministerio de Economía en una nota.
“Al concluir la negociación exclusiva, procederemos con la firma de acuerdos vinculantes sólo en presencia de un contenido que sea plenamente satisfactorio para el público accionista”, se lee en la nota de Hacienda.
40-45% de las acciones de Ita al Tesoro Público
Lo que inclinó la balanza a favor del consorcio ganador fue la voluntad de Centares-Air France-Delta de marcharse una participación del 40-45% al Ministerio de Economía de la empresa nacida de las cenizas de Alitalia que garantizaría a nuestro país un mayor margen de acción sobre el futuro de la sociedad. No sólo eso, si el Estado italiano quiere vender, será libre de hacerlo a un precio ya establecido. El MEF también tendrá dos puestos de los cinco en la junta directiva y la posibilidad de nombrar al presidente.
Por otra parte sin embargo, MSc y Lufthansa habían "otorgado" sólo el 20% al Mef, con la intención de tomar el 80% de la empresa.
“Desde nuestro punto de vista, nuestra oferta conjunta con MSC fue y sigue siendo la mejor solución para ITA. Tomamos nota de la decisión del Gobierno italiano a tomar un camino que permita una mayor influencia del estado y no prevea una privatización completa de Ita”, se lee en una nota de Lufthansa.
Según las expectativas, por lo tanto, una vez que se complete la venta, Air France debería poseer el 9,9% de las acciones de Ita, Delta el 4%, Centros 41,1%.
¿El destino de Ita en manos del nuevo gobierno?
El gobierno saliente se encuentra ahora en una encrucijada: cerrar el juego antes de las elecciones o dejar la pelota en manos del nuevo gobierno. Hay, pues, dos hipótesis sobre el terreno: concluir la negociación en dos semanas y firmar un acuerdo no vinculante, dejando la decisión final en manos del nuevo gobierno que también podría volarlo todo por los aires (Giorgia Meloni ha intentado frenar en repetidas ocasiones) o firmar un preliminar. En este caso, el acuerdo sería vinculante y, de ser anulado por el nuevo Ejecutivo que saldrá de las urnas el 25 de septiembre, podría acarrear el pago de multas millonarias para Italia.