La oferta de liquidación para los accionistas de Banca Popolare di Vicenza y Veneto Banca vence el martes por la noche. El tiempo que queda ahora es muy corto, pero la alta dirección de los dos institutos no se desespera por alcanzar el objetivo del 80% de aceptación de la oferta que prevé un pago en efectivo contra la renuncia a acciones legales contra los bancos.
Recién tras el cierre de la operación los consejos de los dos bancos controlados por el fondo Atlante podrán calcular exactamente cuánto dinero se necesita para la ampliación de capital, cuestión sobre la que se está negociando con el BCE.
Para las dos ex sociedades populares, que están destinadas a fusionarse, se habla de un aumento precautorio hasta un total de 5 millones, de los que 1,2 se podrán obtener de la conversión de bonos subordinados en manos de entidades.
Pero el camino es cuesta arriba: por un lado algunos accionistas de Atlante (ver Intesa y Banco Bpm) piden que el fondo se concentre en el Npj, por otro están las palabras del jefe de Supervisión de la UE, Daniele Nouy, quien, sin mencionar a los dos institutos dijo que "la consolidación también podría tomar la forma de cerrar bancos si se vuelven insostenibles".
