La historia de la música ha hecho una parada en Módena. En Modena Park, donde Vasco Rossi celebró 40 años de amor con el escenario, con el público, con las emociones. Frente a una marea humana de más de 220 personas, que lo convirtieron así en el concierto de récords, el de espectadores más pagados del mundo. Nadie nunca como él. Módena. Porque todo empezó aquí. Con el primer concurso de canto ganado a los 10 años, con el primerísimo concierto, del que ya ni se acuerda.
Y así empezamos de nuevo desde aquí, para cerrar un círculo, para hacer balance de una carrera única, pero también para seguir adelante, porque el Komandante ya se lo ha dicho varias veces a su pandilla: realmente no piensa en parar. Cuarenta canciones durante cuarenta años. Un galope de tres horas y media, majestuoso e imponente. Como el escenario de 130m de ancho. Y como los 1500 metros cuadrados de pantallas móviles que permiten disfrutar de un espectáculo hasta los más alejados que se centra más en Vasco que en los efectos especiales, en sus canciones, en una historia para ser celebrada no solo como un éxito de artista, sino también como un ritual colectivo.
La polémica tampoco faltó: el acto fue retransmitido en directo por Raiuno, dirigida por Paolo Bonolis, muy criticada en las redes sociales por haber dejado poco espacio a los directos y demasiado -según los seguidores de Vasco Rossi- a las anécdotas y comentarios. Pero también está el momento, ante la sopra Gli Spari, de invitar al público a no tener miedo, a no ceder ante el terrorismo: “Este es un concierto contra el miedo. No tenemos que tener miedo".
