En medio de dudas y controversias, el equipo comienza a tomar forma Donald Trump en la Casa Blanca. El presidente electo asumirá el cargo el 20 de enero pero ya es hora de ministros plenos, como diríamos en Italia. El papel clave es, como siempre, el de secretario de Estado, una suerte de vicepresidente y en todo caso el cargo más alto tras el que ocupará Trump: de momento la papeleta parece estar entre dos nombres muy importantes y diferentes , la del exalcalde de Nueva York y amigo personal de Trump Rudy Giulianiy el embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas John R. Bolton, también cercano al ex presidente Bush. Entre los dos, el primero, más conocido por la opinión pública y cercano a la línea trumpista en política exterior, parece tener ventaja: la prioridad es derrotar a ISIS, también a través de una alianza sin precedentes con Putin.
Sin embargo, no es sólo la nominación del "número 2" lo que cataliza la atención de los medios: de hecho, la candidatura de Ben Carson, recién llegado de las primarias republicanas donde fue derrotado contundentemente por Trump y duró incluso menos que otros candidatos como Ted Cruz, retirándose tras unas semanas de competencia. Carson tiene 65 años, es médico jubilado y habría sido, de ser elegido, el primer presidente republicano negro de la historia: su nombre ahora está volviendo no tanto para el puesto de secretario de Estado, sino para el Ministerio de Educación, para que tiene en mente un programa agresivo destinado a realzar las "raíces cristianas" en la historia estadounidense y reducir el espacio dedicado al Islam en los libros de texto escolares. No solo eso: a Carson incluso le gustaría cuestionar la teoria de la evolucion o el big bang; así como reducir o suprimir los fondos públicos a las escuelas que "cultiven prejuicios antiamericanos".
Carson, casado, tres hijos, es, al igual que su esposa, un ferviente practicante de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, un movimiento cristiano que predica la observancia literal de las Sagradas Escrituras, en particular del libro de Génesis. Es, pues, en su nombre donde se concentran por ahora la mayor parte de las perplejidades, aunque la elección, como asesor estratégico, de una figura controvertida como Stephen Bannon, director de cine y exjefe del sitio de extrema derecha Breitbart News, acusado de extremista, racista y antisemita. Y luego hay rumores de que se le asignará un papel muy importante. Jared Kushner, multimillonario, judío ortodoxo y sobre todo esposo de la segunda hija de Trump, Ivanka: su nombramiento sería en todo caso informal, porque en Estados Unidos está vigente una ley anti-Parentopolis. Kushner es muy joven, 35 años, pero ya es dueño de una gran fortuna inmobiliaria y editor del diario New York Observer, que compró hace diez años. Es dueño del rascacielos en 666 Fifth Avenue, a pocas cuadras de Trump Tower, y ya está en el equipo de transición de Obama a Trump.
