Para Moody's, la calificación triple A de la deuda soberana estadounidense "se mantiene", asegura Steven Hess, analista de la calificadora. Las previsiones a las que se refiere hablan de un "ratio deuda/PIB" que "llegará a un máximo del 75% a mediados de los próximos 10 años y luego empezará a descender a largo plazo". El acuerdo de la semana pasada -prosigue Hess- sugiere que un acuerdo sobre la reducción del déficit antes de 2013 "es difícil debido a la fuerte polarización política, pero no imposible". Sin embargo, el plazo es lo que más importa a juicio de Moody's, ya que la agencia, como anunció hoy, no excluye la posibilidad de una rebaja hasta esa fecha, si el balance y las estimaciones económicas se debilitaran aún más.
Por lo tanto, al menos por el momento, la opinión de Moody's sobre la situación estadounidense sigue siendo distante de la expresada por Standard and Poor's con el recorte de calificación, y la principal diferencia entre ambas agencias se encuentra en la diferente evaluación que ofrecen con respecto a la capacidad de la política de clase de EE.UU. para acordar recortes de gastos.
