La incipiente administración Trump pierde otra pieza. Después el caso flynn, asesor de seguridad despedido por una serie de llamadas telefónicas casuales con el embajador ruso, esta vez le toca el turno a Andrew Puzder, empresario del ramo de comida rápida y ministro de Trabajo a cargo (obviamente enemigo de las leyes de salario mínimo). Justo hoy el Senado debería haber ratificado su nombramiento.
Eventualmente, sin embargo, Puzder tuvo que rendirse, abrumado por una serie de escándalos que surgieron en las últimas semanas y que destacaron varias demandas por abusos presentados en su contra por parte de sus empleados y también la contratación de una empleada doméstica inmigrante ilegal. No es exactamente la mejor de las credenciales para un político pro-México del muro fronterizo. Por último, también hay una denuncia de su ex mujer por violencia intrafamiliar.
Según NBC y Fox, el liderazgo republicano ha pedido a la Casa Blanca que revoque la nominación de Puzder porque no había suficientes senadores listos para confirmarlo. En su lugar, Trump piensa en el vicealmirante Robert Harvard.