La economía de EE. UU. atraviesa dificultades, pero los índices bursátiles son más altos de lo que cabría esperar en esta etapa de la economía. Un examen de los cambios diarios en las acciones que componen el índice S&P 500 muestra que los cambios correlacionados (aquellos que describen un comportamiento 'similar a un rebaño') son cada vez menos frecuentes. Los inversores, al parecer, están mirando más los datos corporativos y menos las variables macroeconómicas.
Una característica del clima económico y empresarial actual es que, a pesar de la debilidad de la economía, las ganancias siguen siendo altas. Durante los últimos cuatro trimestres, las ganancias de las cuentas nacionales se estiman en su nivel más alto de la posguerra (como porcentaje del PIB). Y esto es cierto tanto antes como después de impuestos (las ganancias después de impuestos son las más relevantes para los precios de las acciones). Parte de la razón es que estas ganancias también incluyen las obtenidas en el extranjero por empresas estadounidenses. Sin embargo, incluso una medida de las ganancias 'internas' indica que su nivel está cerca de los máximos históricos.
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