Sorpresa en Wisconsin, donde Ted Cruz y Bernie Sanders ganan las primarias republicana y demócrata respectivamente con más del 50% de los votos, superando a Donald Trump y Hillary Clinton. Es una victoria importante, que devuelve la confianza a los dos candidatos de cara al desafío en Nueva York el 19 de abril.
Para Sanders, este éxito hace que el debate con Hillary en Brooklyn el 14 de abril sea aún más importante. “Incluso si los medios y el establecimiento político ya nos han sacado de la carrera –dijo Sanders–, seguimos ganando y por amplios márgenes. Si continuamos así, los sorprenderemos y ganaremos la nominación". Con Wisconsin “comienzan las tres semanas más importantes para la campaña. Empezamos con una victoria. Si mantenemos este ritmo en los próximos estados que votan en las próximas tres semanas, ganaremos las elecciones".
Cruz también está de fiesta, pero para él, como para Trump y John Kasich, la nominación no está a la mano. La cifra mágica para conquistarla es de 1.237 delegados y de momento ninguno de los tres parece preparado para conquistar la cuota decisiva a corto plazo. La victoria en Wisconsin es “un punto de inflexión. El terreno político nacional empezó a cambiar hace dos semanas –destaca Cruz-. Ganaremos la mayor cantidad de delegados y juntos venceremos a Hillary Clinton. Fue una mala noche para Hillary en las primarias demócratas".
“Esta noche es la noche de la humildad y la esperanza. No estamos aquí para maldecir la oscuridad sino para encender la vela que nos guiará a través de la oscuridad. Esta noche Wisconsin encendió la vela que nos guiará de ahora en adelante”, agregó. Con Cruz en el escenario, el Comité Nacional Republicano no perdió tiempo en burlarse de Hillary por "perder ante un socialista de 74 años" seis de los últimos siete estados. "Hillary es una candidata débil que realiza una campaña sin un mensaje claro".
